domingo, 23 de marzo de 2014

N° 349 - VARGAS LLOSA Y LA PAISANA JACINTA

DOS ICONOS EN EL TINTERO:




















Resulta absurdo; que Don Mario Vargas LLosa, que es un intelectual liberal, un hombre lúcido, un hombre inteligente, un escritor que opina con versación y conocimiento sobre lo que pasa en el mundo, sobre la política internacional y que es Premio Nobel de Literatura; tenga una opinión "aparentemente" tan desafortunada y equivocada sobre la realidad del Perú. Que sus concepciones democráticas y su lectura, sobre un hecho central de la coyuntura nacional, como es la participación -no en la política- sino en el poder, de la Sra. Nadine Heredia y la no ratificación inicial de la confianza del Congreso al gabinete, sea según su criterio una situación pregolpista motivada por Alan García que se encuentra según MVLL desquiciado por la popularidad de la Sra. Heredia.

En un país donde no hay una cultura política que se sustente en el debate programático y de ideas, donde  el uso de adjetivos y de insultos, la mentira, el cinísmo y el psicosocial, son el elemento central de la confrontación de ideas y de propuestas; en un país donde no hay docencia política, ni masas educadas ni con conciencia cívica; en un país donde en la interna de los partidos lo que abunda es la mediocridad con poder, de personajes que hablan de hermandad, de fraternidad, de unión, de solidaridad, pero lo que prima es la hipocresía, la intriga y el acuchillamiento político (a las espaldas) del que se dice -según el color político- camarada, correligionario, compañero. En un país como este que graficamos, el sectarismo y la demagogia son los principales instrumentos de la acción política y por eso es que los "antis" de antaño, como el anti-aprismo, siguen tan vigentes hoy.  

García tiene sus propios demonios  y también sus  virtudes. Para nadie es un secreto que esta en campaña y que busca ser nuevamente Presidente de la República, en un contexto que lo pinta como el político con mayor visión de estadista, el más articulado y con mayor sentido de oportunidad de la hora presente. Pero no se necesita ser analista político, para concluir que aunque este en campaña para ser nuevamente Presidente de la República, es un despropósito pensar que Alan García y el APRA, están confabulados con determinados sectores de las Fuerzas Armadas, para dar un golpe de estado contra Ollanta Humala. Que la votación del Congreso, negandole inicialmente el respaldo al Gabinete Heredia fue una maniobra en ese sentido y que García esta desequilibrado emocionalmente por la popularidad de la Sra. Heredia.

Para comenzar por el final, la popularidad de la Sra. Nadine Heredia no es tal y anda por el 27% de aprobación. Ni el APRA ni García controlan las Fuerzas Armadas, cuyos puestos claves están siendo copados por gente de la promoción de Ollanta Humala o por allegados a él; García tiene a despecho de su obesa figura, la suficiente cintura política y los reflejos para enfrentar a sus adversarios políticos. Y por último, es imposible que un golpe de estado como el de Belaunde se de en el país.  La cultura política latinoamericana y la historia, le han quitado a las Fuerzas Armadas ese papel de conductor de los procesos políticos que tuvieron hasta la década de los setentas; hoy aunque sigan siendo el partido político más organizado del Perú, están subordinadas al poder civil y Humala no tiene ni la capacidad, ni las ideas, ni el liderazgo, para usar politicamente a las Fuerzas Armadas, aunque busque la asesoría clandestina de Montesinos.

Las declaraciones de Vargas LLosa están marcadas por el resentimiento, por el odio y por el "ego colosal" no del político, pero si del escritor, que es incapaz de reconocer que al avalar a Humala se equivoco y esto porque tendría que comerse sus propias palabras. Mario Vargas LLosa, que sabe que es un líder de opinión, no le perdona a García que le haya hecho perder la Presidencia de la República, que haya apoyado a Fujimori. La visita que hizo durante su gobierno y sus declaraciones fueron simple retorica, juego de imágenes pero nada más. El problema del Nobel es que su avalado es bastante torpe y tarde o temprano va a tener que reconocer que se equivoco.

Una equivocación que en otro contexto,  tienen también los que piden que salga del aire la PAISANA JACINTA, y esto porque   el problema del racismo en el Perú, no se circunscribe al programa de marras. Puede no haber Paisana Jacinta, pero va a seguir habiendo racismo. Porque el problema son los parámetros culturales existentes en el país, que hacen que nuestro racismo sea orgánico, tanto así que desde niños "choleamos". Y el problema del programa es hay gran número de televidentes, de personas jóvenes, niños y adultos que la ven a diario y que se divierten con sus "ocurrencias". Si hay televidentes, si hay sintonía hay programa, así de simple.

No hemos sabido inculcar en nuestras generaciones un valor a lo andino, no hemos sabido revalorar al hombre de la sierra, ni a la cultura andina. Los programas folkloricos se pasan de madrugada, son rellenos. La Sierra Sur del Perú sigue siendo electoralmente un bolsón importante de votos que termina siempre postergada por los gobiernos en el poder. En un país que no lee, que no entiende lo que lee, Arguedas en un tema coyuntural para aprobar el curso de literatura, cuando tendría que ser piel, formar parte de nuestra identidad. Para quienes viven mayoritariamente en las ciudades, la pobreza y la postergación son temas que pertenecen a otra clase de peruanos,  sin educación, sin salud, sin agua y sin condiciones de vida dignas, de las que las masas urbanas y los políticos viven de espaldas, porque estas cosas importan a los partidos solo en épocas electorales y a los congresistas cuando les tocan la puerta porque ven votos. Con esa caricaturización del Estado; de  lo que es una vida digna para las mayorías andinas y olvidadas, de la idealización en la que se queda la  "inclusión"; no es acaso una ironía que hagamos cuestión de estado por un programa que termina siendo más de lo mismo.

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