
Si es irrefutable e innegable que Toledo mintió, al decir primero, que su suegra era una persona pudiente, gracias al dinero que le dejaron maridos, que están tres metros bajo tierra y que no pueden hablar; o de una solvencia económica, que es resultado del dinero que recibe o que recibió la Doña, como víctima del holocausto; lo concreto y lo real es que la investigación posterior lo desmiente y deja en claro que esta es una operación bastante oscura -por más que Alejandro Toledo, moviendo la cabeza y dándole a su voz, esa característica inflexión que todos conocemos, diga que "él es una persona transparente" - que más se parece a una operación mafiosa; a esos lavados de dinero sucio por los que se crean empresas de fachada, donde ponen a gente ignorante como directivos, para que den una cara -que nunca van a poder dar- porque generalmente son poco educados y no saben generalmente nada del entripado.
En ese contexto, lo único que ha hecho Alejandro Toledo con su tradicional verborrea, es no aclarar nada, victimizarse sin identificar a sus enemigos. Lo que ha hecho Toledo en la mañana de hoy, es enredarse en argumentos sin contenido, que son retorica pura; con frases hechas en las que marca distancias de su querida suegra, afirmando que las casas y la responsabilidad es exclusivamente de la Sra. Fernenbug y no de él. En criollo la echo en cancha pretendiendo limpiarse él; algo que es difícil que pueda ocurrir. Toledo enredándose en su propia versión, hablo de garantías hipotecarias que no existen y que con un poco de humor deben llevar a que los ciudadanos peruanos, soliciten prestamos hipotecarios al banco, SCOTIABANK, bajo el principio que donde existe la misma razón existe el mismo derecho.
Si de limpiar honras hablamos, tratándose de un ex Presidente de la República, con un poco de decisión y de voluntad, cualquier universidad le daría permiso a su solicitud, para que venga al país a reivindicar su honor y su imagen. Pero Toledo se escuda en sus "compromisos académicos", para buscar que sus escuderos partidarios lo defiendan o lo blinden, para que la alianza con el nacionalismo lo siga blindando, para que el tema baje de intensidad y de contenido y se olvide; y para que con su amigo Joshep Maiman, puedan elaborar un argumento solido que desvirtúe la denuncia.
La débil y poco consistente verdad de Toledo, debe llevar a que la precaria institucionalidad que tenemos investigue, aclare y de ser el caso sancione. Lo que hay ahora son indicios bastante consistentes de que estamos frente a un presumible acto ilícito, frente al que no se puede pretender impunidad por intereses político partidarios. Una vez más, queda claro que Alejandro Toledo, si se trataba de decir lo que dijo, mejor se hubiera quedado callado. En el Perú cuando la gente mete la pata, tenemos una frase bien dura que tiene que ver con una necesidad fisiológica, que creo que puede aplicarse al caso de autos. .........
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