viernes, 9 de septiembre de 2011

N° 175 - LA GUERRA CRISTERA EN MÉXICO

DIOS, LA IGLESIA Y LA POLITICA:




















Por estos días me llamo la atención el texto de un joven Congresista electo que; graficando su victoria electoral realizada en condiciones que describía para él, difíciles y totalmente adversas (a punto tal que ha  tenido que hacer campaña con hambre y frío y caminando por "valles de muerte")  atribuía su elección como parlamentario, al hecho de que él es un "Mensajero de Dios". En realidad estas visiones mesiánicas no son nuevas. Los políticos al abrigo del poder suelen sentirse diferentes, predestinados, tocados por el espíritu de Dios. Yo no se quien michi acuño aquella frase de que "Dios pone y saca a los gobernantes", pero lo que la biblia dice es que no hay que mezclar la política con la religión y en el supuesto negado que la frase sea cierta, Dios es chileno porque nos puso a Vladimiro Montesinos y  gobernantes que si no son acusados de choros, lo son de borrachos o de coqueros.

Pero más allá de lo anecdótico del tema y de la libertad que tiene cada ser humano de sentirse hijo de Dios y de percibir sus relaciones con el altísimo como mejor le parezca; el hecho me impulso a escribir sobre la única guerra religiosa que hasta donde conozco se dio en América Latina: La Guerra de los Cristeros, una guerra entre el gobierno de México, concretamente el Partido de la Revolución Mexicana (hoy PRI) y la Iglesia. El conflicto tiene que ver con la separación de la iglesia y el estado, con la influencia europea de la reforma católica, con una serie de medidas que reducían la misión social de la iglesia, que impedía que funcionarios del estado asistieran a actos religiosos durante la Guerra de Reforma entre liberales y conservadores y donde resalta la figura de Benito Juarez. Es necesario indicar que, al influjo de estas ideas es que Haya de la Torre se opone a la consagración del Corazón de Jesús. Con la Constitución de 1910, en México la posición del estado se endureció, el estado le quitó personería jurídica a la iglesia, le quito el derecho a tener propiedades y hasta el voto a los curas; se prohibió además el culto público fuera de las iglesias (las procesiones) y el estado determinaba por ley inclusive, cuantas iglesias y sacerdotes deberían haber en México, además  de prohibir los votos religiosos e impedir que los sacerdotes dirigieran escuelas públicas en un contexto en el que la educación era laica. Medidas que se profundizan con la Carta Magna de 1917.

Al asumir Plutarco Elías calles el poder, la tensión y la persecución se agudizan y Calles es participe durante su mandato de la creación de la IGLESIA CATÓLICA APOSTOLICA MEXICANA (ICAM) esta iglesia en su acta fundacional establece que no respondería al Papa ni a Roma, sería la iglesia de la revolución mexicana y estaría dirigida por el sacerdote disidente Joaquín Pérez  Budar, quien en 1925 se apodero del Templo de la Soledad en el DF. con el apoyo de la Central Obrera de la Revolución Mexicana (CROM) y una secta llamada "Los Caballeros Guadalupanos". La plataforma de esta iglesia de influencia luterana, era nacionalista y en concordancia con la Constitución de 1917 e implicaba no solo desconocer la autoridad del Papa sino que establecía el uso del español en las ceremonias religiosas (no en latín) oposición al celibato y a tarifas elevadas para los sacramentos. En realidad el verdadero fundador de la ICAM es el Obispo de Tamaulipas, Eduardo Sánchez Camacho, que no cuestionaba el ritual católico ni su dogmática sino que concebía una iglesia nacionalista y apegada a los principios ideológicos de la revolución. Un segundo personaje importante en la fundación de la iglesia mexicana es el sacerdote español  Manuel Luis Monge, quien renuncia en medio de la primera misa de la iglesia en La Soledad,  por la agresión sufrida por fieles católicos y por la oposición de su esposa, quien hace pública su relación y la existencia de un hijo entre ambos.Lo real es que el hijo no era solo uno, sino que tuvo varios de varias mujeres, hijos a los que el Arzobispado de México protegió para que el cura de marras pueda ir a dejar sus huesos a la Madre Patria.

Pero para entrar en autos como decimos los abogados, el detonante fue que el Arzobispado de México decide suspender a partir del 31 de Julio de 1926 los servicios religiosos, por la entrada en vigencia de la Ley Calles, que dispone la aplicación de diversos artículos constitucionales que ponían en jaque a la Iglesia Católica, como la clausura de escuelas católicas, la expulsión de sacerdotes extranjeros, empadronamiento y licencia de los sacerdotes para ejercer su ministerio y hasta cuotas un sacerdote por cada seis mil habitantes. La guerra se inicia allí, los jóvenes católicos toman las armas en defensa de su fe y de los derechos de la iglesia en un país eminentemente católico y el resultado fue una lucha fratricida entre el gobierno (que hizo suya y apoyo esa iglesia mexicana) y los católicos, que llaman en principio a no pagar impuestos, a boicotear al gobierno no comprando loteria, ni productos ofrecidos por éste. Como resultado del conflicto, catorce arzobispos fueron deportados o tuvieron que exiliarse. En Enero de 1927 empezó la lucha armada bajo el grito de "VIVA CRISTO REY Y SANTA MARIA DE GUADALUPE". La Guerra de Los Cristeros escribió su propia historia.  Una historia que en 1988 hace que el ex Presidente Salinas de Gortari restablezca relaciones  diplomáticas con El Vaticano, impulsando reformas constitucionales de libertad de culto para diversas confesiones.

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