
CANDIDOS, CANDIDATOS, LISTAS PARLAMENTARIAS Y PROGRAMAS:
Yo no creo mucho en los lazos de sangre, creo que los seres humanos en un determinado momento de nuestras vidas priorizamos nuestra individualidad, nuestros intereses y el que en determinadas circunstancias actuemos guiados por el amor de padre, de madre, de hijo o de familiar, depende de una decisión personal, de una actitud de vida, que no nos hace mejores o peores hijos o seres humanos. De hecho el temperamento latino nos hace creer equivocadamente en el cuento de que inmolarse o anular la perspectiva personal por seguir ligado a los padres o protegerlos a la familia paterna, nos hace modelos de hijos o hijos modelos. Son estas algunas razones por las que en lugar de hijos, de padres, de mujer o de familia, yo tengo Compañeros de Viaje, gente con la que a lo largo de mi vida comparto la experiencia de vivir y grandes afectos que no necesariamente se sustentan en lazos de sangre. En ese contexto, uno de los Compañeros de Viaje que más recuerdo, es a Don Eusebio Mansilla Barrientos, a quien antes que padre, vi siempre desde la perspectiva del ser humano, del Compañero de Viaje que marco mi vida; como ese Oráculo al que solía recurrir para pedir consejo, para satisfacer mis interrogantes ante la vida. Don Eusebio Mansilla, con esa sencillez y esa sabiduría que no me cansaba de disfrutar, me solía decir, frente a la falta de un proyecto nacional en el país, frente al cernicolísmo y a las venalidades de la clase política, frente a las corruptelas y el culto a los intereses personales (en medio de sabrosas anécdotas de ese Perú de 1930 a 1950 que mis intereses universitarios descubrían en los libros) que yo iba a llegar a su edad y este país iba a seguir siendo el mismo.
A mis 54 años yo diría que este país no es el mismo...que en algunas cosas esta peor. El Perú es un país con recursos naturales importantes, un país que ha tenido épocas de bonanza que se han ido al carajo por la irresponsabilidad de los gobernantes, por los intereses particulares, por la falta de una clase política capacitada, calificada y con visión de futuro. Para no hacerla larga y hablar de la bonanza del Guano y del Salitre, de la Post Guerra y el Gobierno de Odría, de la República Aristocrática o de los Barones de Azúcar y los intereses que históricamente gobernaban el país en medio de ese movimiento pendular que nos llevaba a vivir entre democracias y dictaduras. Creo que hoy los intereses que nos gobiernan o por los que se mueve la clase política peruana, han encontrado en el modelo económico la mejor manera de hacer de este país una republiqueta de nuevo cuño. Un país que crece, que mantiene sus indicadores en azul, pero que no enfrenta reformas fundamentales (para no chocar con sus patrones o sus propios demonios) que eleven el nivel de vida, de eficiencia, de educación y de cultura, de conciencia cívica de la población y fundamentalmente de las grandes mayorías nacionales (que en el ámbito urbano o rural viven en pobreza o en extrema pobreza) es hacer a través de la política, que algo cambie para que todo siga igual, es un pretexto para que los políticos peruanos y los intereses que se encaraman en el poder, tengan la excusa perfecta para hacer lo que más saben: huevear a la gente y seguir disfrutando del poder.
Sin una verdadera reforma del Estado, sin una reforma educativa, sin partidos políticos, ni institucionalidad democrática valedera y verdadera; sin un cambio del modelo primario exportador y una visión de futuro que priorize el interés particular en el que se quedan anclados nuestros gobernantes por falta de voluntad política; el crecimiento económico es una cifra para la estadística, que favorece a unos cuantos, que maquilla la realidad, que nos da la apariencia de lo que no somos. Porque por este camino no seremos nunca un país del primer mundo, seguiremos siendo esa posibilidad perdida entre el punto común, la demagogia y la coyuntura.Seguiremos siendo un exceso de retórica, reeligiendo gobernantes como García cuyo daltonismo político hace que vea el Perú a la par que Chile o como Toledo, que dice sin empacho que quieren regresar porque tienen una agenda pendiente. Es decir la agenda no es la del partido que no existe, la de la institución política que esta solamente en el papel; la "agenda pendiente" es la del caudillo al que le queda grande el nombre, la del líder que muchos siguen por interés personal aunque en la interna lo combatan o le hagan ascos.
Y si uno ve la frivolidad, el electoralismo, la pasada de sombrero y el afán de tener gente que represente votos (pero que sea manipulable a la hora de votar) como la que decora las listas que se han confeccionado para la presente elección, uno no puede dejar de indignarse. Listas en las que están la Sra. Cecilia Tait encabezando Perú Posible con lo que la intelligencia política de éste país ya no está en los pies sino en las manos de viejas glorias del voleybol que por arte de birbiloque adquieren sapiencia, sabiduría, capacidad y conocimientos que van de la mano con agraciadas actrices a las que el mayor de sus méritos (o su mayor desgracia) es que el marido les metió cabeza o cantantes a los que un gingle de campaña les da autoridad, un pensamiento de izquierda y conocimientos para legislar y "trabajar por el Perú". El mismo criterio que llevó a Hilaria Supa a presidir la Comisión de Educación del Congreso de la República, la misma capacidad comprobada que le da a Kenyi Fujimori el ganarse un puesto en la lista naranja, repartiendo volantes de campaña con la maestría de ser hijo de quien es o a la enfermera de su padre, por "cuidarlo y cepillarselo" en su cárcel dorada, aunque la designación deje en evidencia que su hija para lo único que sirve es para lavarle la cara a esta mafia que hizo obra pero que se levanto el país en peso. Y lo concreto y lo real es que no hay renovación, que hay gente discutible en las listas al Congreso de los diferentes partidos; familias enteras como los Acuña (donde si no postula el perrito es porque solo se permiten en el Congrezoo un determinado tipo de animales) y donde pretenden repetir el plato los Menchola o un Ramírez Canchari al que Toledo defiende "porque no fue sentenciado" como si la falta de escrúpulos, de ética y de moral por negarse a firmar a un hijo necesitara una sentencia judicial. Este es un país de doctores, de maestros de la ley, de eruditos. Un país donde la mediocridad es el valor supremo de la élite política, un país que se maquilla permanentemente. Un país que sin ninguna duda va a seguir en el próximo gobierno, siendo el mismo exceso de retórica, de melomanía y de histrionismo que el que se evacua hoy desde la Primera Magistratura de la Nación; un país con las rapiñas y las corruptelas de siempre, con los pactos por debajo de la mesa y los programas o las reformas que se levantan en época electoral para encarpetarla después en el gobierno. Un país en el que el crecimiento sostenido, sirve para beneficiar a unos pocos, para vender ilusiones. Somos a partir de las listas que los partidos políticos presentan al elector, un país que crece....... pero gobernado por enanos. Por una clase política que históricamente no da la talla. En este escenario, me da vergüenza mirar a mis hijos y tener lamentablemente que repetirles lo que me dijo Don Eusebio.
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