sábado, 1 de agosto de 2009

N° 80 - ANTAURO CORPUS

EL EXCESO DE JODA DE ANTAURO HUMALA



Antauro Humala es un tipo radical, pintoresco, díscolo; puede ser un elemento contrario al sistema, a quien muchos repudian y a quien imputan una conducta criminal por los policías muertos en el Andahuaylazo. Pero en medio de toda esta negativa percepción, hay que reconocer que fue coherente con sus ideas por más equivocadas que sean y que no se corrió de la responsabilidad como sí lo hizo su hermano Ollanta, que como Pedro negó tres veces su apoyo al levantamiento y que hoy aparece como el representante pagado del chavismo en el Perú; de un chavismo que niega por cálculo político, del que quiere distanciarse con fines electorales; pero que finalmente vale un rolex, un viaje a París o el financiamiento político de sus inquietudes presidenciales que su pensión del ejercito no podría solventar.


Don Antauro Humana es una mixtura del prototipo del cachaco machista, prepotente y vulgaron de principios del siglo pasado, de esos que iniciaba su carrera militar desde soldado (y que era llamado tropero por sus colegas) con el militar académico y estudioso de la realidad nacional que nos trajo la post guerra y que adquirió protagonismo al acceder a puestos públicos en los años sesentas (recuerdo a Morales Bermudez y al Capitán de Navío Miguel Rotal como Ministros de Belaunde en las carteras de Economía e Interior por ejemplo) aggiornado con una ideología étnico nacionalista de tipo familiar que reivindica al Cáceres de la Guerra del Pacífico, que encontró en los finales del régimen fujimorista el espacio político que Toledo capitalizó para llegar a la Presidencia de la República y que después del Andahuaylazo es una propuesta radical, violentista, que con Antauro libre puede representar el segmento más radical del espectro político peruano.

Es tal vez esa ubicación la que hace que la clase política peruana lo repudie y prefiera que Antauro Humala Tasso, este en la cárcel que libre. Pero al margen de ello, la resolución del Tribunal Constitucional, más allá de que el cambio del voto de Ernesto Alvarez Miranda, sea un mal precedente; está ajustado a derecho. El Código de Procedimientos Penales no prevé situaciones como las protagonizadas por Humala. Se regula la necesidad de la presencia del inculpado, el hecho que comparezca sin grilletes, pero no el entorpecimiento del proceso por el propio inculpado. En esa perspectiva, la resolución del Tribunal Constitucional crea un precedente jurídico frente a la rebeldía de los inculpados para comparecer en juicio. Humala Tasso y sus coinculpados interpusieron una serie de recursos dilatorios, perturbaron las audiencias, frustraron interrogatorios y hasta fueron expulsados de la sala de juzgamiento. En ese contexto, a liberación sería un premio a su astucia y ardid procesal. El tema de fondo no es el incumplimiento de los plazos de ley sino la naturaleza y la razón de este retraso. Y en todo esto el principal responsable es Humala Tasso y sus huestes. Por contradictorio que parezca con el fallo quien más gana no es el estado de derecho sino su propio hermano. Ollanta debe respirar tranquilo, porque si alguien puede desnudar realmente al personaje es el propio Antauro.

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