UN HOMENAJE A LA PATRIA EN SU DIA:
En el número anterior hablábamos de la frase de Carlos Torres Caro sobre la primacía de los intereses personales con relación a los intereses del país; expresábamos que ese hecho refleja no solo el espíritu de la clase política peruana, sino la idiosincrasia nacional. En lo sustantivo afirmábamos que resulta claro que el peruano tiene poca conciencia de lo colectivo, la identifica en el plano de la verbalización, del discurso, pero no de los hechos, de las actitudes, de las conductas. Y esa es "como decíamos ayer" (a la manera de Ortega y Gassett) una de las tantas razones por la que no tenemos un concepto de nación; por la que somos una sociedad ganada por sus mezquindades, por su mediocridad, por su egoísmo. Lo que el imaginario popular ha definido como aquella actitud en el peruano por la que acostumbra a pensar primero en él, segundo en él y tercero en él. Lo que se llama simple y llanamente "no tener bandera".
Y resulta contradictorio que si no tenemos bandera, los políticos que son los que detentan el poder -que son los que más ignoran en sus conductas y actitudes esa simbología que nos une y que representa nuestros valores, nuestra historia y nos inculca ese sentimiento de pertenencia- sean los que se rasgan las vestiduras porque consideran una ofensa a los símbolos patrios, que una bella y joven mujer, montada en un caballo, pose desnuda sobre la bandera nacional.
Claro que Flores Aráoz, sale con esa majadería de que la bandera no es un calzón o un tampax, pero en lo profundo de su varonil humanidad, seguramente daría cualquier cosa por estar en el lugar de la bandera. Por lo demás, nadie le pregunto a la enseña patria si le hubiera gustado que le pusieran el asta. Y lo más probable es que, en medio de ese fariseo accionar, nuestro Poder Judicial termine condenando también al caballo como cómplice.
En el número anterior hablábamos de la frase de Carlos Torres Caro sobre la primacía de los intereses personales con relación a los intereses del país; expresábamos que ese hecho refleja no solo el espíritu de la clase política peruana, sino la idiosincrasia nacional. En lo sustantivo afirmábamos que resulta claro que el peruano tiene poca conciencia de lo colectivo, la identifica en el plano de la verbalización, del discurso, pero no de los hechos, de las actitudes, de las conductas. Y esa es "como decíamos ayer" (a la manera de Ortega y Gassett) una de las tantas razones por la que no tenemos un concepto de nación; por la que somos una sociedad ganada por sus mezquindades, por su mediocridad, por su egoísmo. Lo que el imaginario popular ha definido como aquella actitud en el peruano por la que acostumbra a pensar primero en él, segundo en él y tercero en él. Lo que se llama simple y llanamente "no tener bandera".
Y resulta contradictorio que si no tenemos bandera, los políticos que son los que detentan el poder -que son los que más ignoran en sus conductas y actitudes esa simbología que nos une y que representa nuestros valores, nuestra historia y nos inculca ese sentimiento de pertenencia- sean los que se rasgan las vestiduras porque consideran una ofensa a los símbolos patrios, que una bella y joven mujer, montada en un caballo, pose desnuda sobre la bandera nacional.
Claro que Flores Aráoz, sale con esa majadería de que la bandera no es un calzón o un tampax, pero en lo profundo de su varonil humanidad, seguramente daría cualquier cosa por estar en el lugar de la bandera. Por lo demás, nadie le pregunto a la enseña patria si le hubiera gustado que le pusieran el asta. Y lo más probable es que, en medio de ese fariseo accionar, nuestro Poder Judicial termine condenando también al caballo como cómplice.
En lo sustantivo, estamos frente a un problema cultural, de mentalidad. Hay una tergiversación de conceptos, se confunde patrioterismo, nacionalismo y chauvinismo. Se pretende manipular políticamente el hecho, exacerbar los ánimos. Identificar la representación perceptible de la realidad con el ideal de la realidad y no con la realidad misma. En todo esto hay además de demagogia y oportunismo político, un problema cultural, psicológico, de mentalidad. Hay una percepción sexual y no estética del hecho, independientemente que la fotografía sea una muestra de sensualidad. Es decir en la percepción de los miembros del gobierno, de algunos políticos conservadores; hay un realismo falico. Se relaciona inconscientemente el andar en cueros, con el sexo y por tanto con ofensa, con vejamen. Como si el cuerpo, la desnudez o la sexualidad fueran una ofensa y no la expresión de la naturaleza humana. Y un hecho que debería pasar desapercibido se magnifica y a la no muy conocida mujer se le hace un gran favor. Una inversión en publicidad personal importante y gratuita.
Ahora bien -como estamos en un país con un alto grado de discriminación- así como en el caso del Paro Nacional o de la candidatura a la Presidencia del Congreso; unirse con los humalistas está bien o mal en función de quien lo haga. En el caso de la utilización de la bandera o de un símbolo patrio con fines publicitarios; en el caso de una foto sentada sobre la bandera; depende también de quien sea el culo para que la cosa se convierta en arte o en ofensa. Estamos en el Perú y aquí no es lo mismo Chana que Juana. No son iguales las nachas de una chichera o una vedette que las pompas de una cantante criolla.
Ahora bien -como estamos en un país con un alto grado de discriminación- así como en el caso del Paro Nacional o de la candidatura a la Presidencia del Congreso; unirse con los humalistas está bien o mal en función de quien lo haga. En el caso de la utilización de la bandera o de un símbolo patrio con fines publicitarios; en el caso de una foto sentada sobre la bandera; depende también de quien sea el culo para que la cosa se convierta en arte o en ofensa. Estamos en el Perú y aquí no es lo mismo Chana que Juana. No son iguales las nachas de una chichera o una vedette que las pompas de una cantante criolla.
En este contexto es necesario indicar como nos dejamos llevar por apariencias, por el que dirán. En esa singular actitud, se justifica por ejemplo, que se postergue la elección para la Presidencia de ACCIÓN POPULAR, para no “perjudicar o traumar” al Dr. García Belaunde, para que la gente “no hable mal" de él. Como si al pueblo, al ciudadano común y corriente o a la prensa, le interesara mucho el partido o el Dr. García Belaunde. Y es que siguen pensando y actuando como si fueran un gran partido, un partido con gran respaldo popular. Como si el tiempo o la elección de comités diera una representatividad cuantitativa, que no se logra ni se logrará porque el militante o dirigente circunstancial, ha perdido el interés y no va a asistir a los Congresos o Plenarios de un partido (en el que prefiere especular o mantener su inscripción por si algo pasa) que sabe que un grupo maneja a su antojo, que no representa los intereses nacionales, que se encuentra agobiado por una crisis interna, que no tiene un proyecto de país.
Un símbolo patrio no puede mancillarse u ofenderse si no hay dolo, ni animo vejatorio. Un buen culo sobre una bandera, no es mayor ofensa que la intención de desviar la atención pública por los enjuagues políticos -por debajo de la mesa- para satisfacer intereses de grupo. El simbolismo de la patria va más allá que la bandera, que el himno nacional o que el escudo patrio. Los símbolos de la patria son al final de cuentas, cada uno de los ciudadanos de este país buscando construir un país más justo, más democrático, más solidario. Un país más inclusivo, con mejores y mayores posibilidades para todos.
El principal símbolo de este país esta en esa necesidad de forjar día a día su futuro, sin demagogia y con verdad. El simbolismo de este país esta en tener un concepto de nación. Un gobierno en el que nos sintamos representados, que concilie intereses de gobernantes y gobernados. El símbolo de este país esta en esa necesidad de que hagan partido quienes quieren hacer o gobernar el país. Porque solo en esa perspectiva, habiendo cosas más importantes, no se convierte la política en una caricatura, en una cueva de intereses personales. En un simple culo.
Un símbolo patrio no puede mancillarse u ofenderse si no hay dolo, ni animo vejatorio. Un buen culo sobre una bandera, no es mayor ofensa que la intención de desviar la atención pública por los enjuagues políticos -por debajo de la mesa- para satisfacer intereses de grupo. El simbolismo de la patria va más allá que la bandera, que el himno nacional o que el escudo patrio. Los símbolos de la patria son al final de cuentas, cada uno de los ciudadanos de este país buscando construir un país más justo, más democrático, más solidario. Un país más inclusivo, con mejores y mayores posibilidades para todos.
El principal símbolo de este país esta en esa necesidad de forjar día a día su futuro, sin demagogia y con verdad. El simbolismo de este país esta en tener un concepto de nación. Un gobierno en el que nos sintamos representados, que concilie intereses de gobernantes y gobernados. El símbolo de este país esta en esa necesidad de que hagan partido quienes quieren hacer o gobernar el país. Porque solo en esa perspectiva, habiendo cosas más importantes, no se convierte la política en una caricatura, en una cueva de intereses personales. En un simple culo.
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