viernes, 28 de julio de 2023

N° 592 "LA PATRIA NUEVA"

 DINA BOLUARTE Y LAS HISTORIAS QUE SE REPITEN:


El discurso presidencial de Doña Dina Boluarte, me hizo romper con el silencio de mi pluma. Un silencio explicable porque mi trabajo como abogado, no me permite escribir tanto como quisiera. Al final el andar de pica pleitos me para la olla, lo otro me es una necesidad vital, que enriquece mi espíritu y alegra mis días, pero primero esta la responsabilidad profesional y como ya me falta poco para la base siete, hay que asegurar el poco futuro que me queda, para cuando como el Juli,  deje la muleta y el estoque y si es que vivo lo suficiente, me pueda dedicar por entero, a la pasión de leer y escribir. Y tambien, si mi próstata lo permite, dedicarme  a "pichanguear",  porque el ejercicio, el fútbol o el deporte en general, siempre es bueno a cualquier edad.

Para 1919, en los prolegómenos del Centenario de la independencia del Perú, el país vivía una crisis de representación. Ni el partido civil, ni el liberal, ni el constitucional, tenían arraigo popular y estaban desgastados. Cáceres mantenía su figura como héroe de la Guerra con Chile, pero el Cáceres político, era cuestionado y criticado. El partido Nacional Democrático, fundado por José de la Riva Agüero, en  1915, en medio de un republicanismo que había perdido el rumbo, pretendió ser un movimiento regenerador de raigambre nacional de la intelectualidad peruana, que terminó diluyéndose por ser poco entendido y aceptado por el pueblo; y por  el gran drama nacional, que afecto a los partidos de la época, como afecta a los de hoy y  a los de siempre. Que es el no poder construir un proyecto nacional, que es lo que origina, entre otros factores como la corrupción en la política y la mediocridad de los políticos, el desgaste y la falta de legitimidad que afecta a los regímenes en un país como el nuestro. 

En el contexto anterior, en ese año 1919, aparece  una alternativa pragmática, restauradora y regeneradora como la de don Augusto B. Leguía y el Partido Democrático Reformista, que pocos saben que contó con el apoyo de Cáceres, del Partido Constitucional -y sobre todo de los militares  alrededor del Taita- e intelectualmente con Mariano H. Cornejo -político de solera, Presidente del Congreso Constituyente de 1920, Padre de la sociología peruana y candidato al Premio Novel de la Paz en los años 30; que fungió de ideólogo del movimiento, que sirvió para llevar adelante el golpe que destituyó a José Pardo y que lo llevó al poder a Leguía siendo Presidente del Consejo de MInistros. Un movimiento que termino once años despues, siendo calificado como un régimen autoritario, conservador y patrimonialista, que se llamo "La Pätria Nueva". Aunque no tuvo nada de "patria nueva"  porque fue más de lo mismo, desapareciendo el partido y encumbrando al dictador que termino falleciendo en penosas circunstancias.

Crecí escuchando a mi madre hablar de la caída de Leguía, que después con mayor lucidez -porque mi madre era una niña entonces- me contaba mi Tía Rosa la Chiquitita que era hermana de mi abuela y a quien cariñosamente le llamaban así en la familia materna, porque la hermana de mi madre, mi Tía Rosa era más alta y  el tamaño nos servía para referirnos a ellas, aunque el cariño era el mismo.

Yo la recuerdo siempre a mi Tía Rosa la Chiquitita, porque ni con mi abuela, ni con mi Tía Angélica -hermana de mi abuelo que pasaba largas temporadas viviendo en mi casa y que fue la imagen de la abuela que poco disfrute- tuve ese nivel de contacto para saber como era esa Lima o ese país de su juventud, en una época en la que yo  aspiraba a encontrar una maquina como la de la serie "El tunel del Tiempo"  para viajar el pasado, privilegio que creo que solo la muerte me va a permitir.

Al final, el complejo adánico de los gobernantes peruanos es repetitivo, desde que tengo uso de razón, una "Patria Nueva" y una "Patria Grande" se ha dibujado en todos los discursos presidenciales en mayor o menor grado. Y es lo que ha sucedido con este discurso; el primer discurso de Dina Boluarte, en el que marca absurdamente distancia con el Gobierno de Pedro Castillo del que fue parte, de quien dijo que "si se iba él se iba ella". La faena que desarrollo Dina Boluarte, fue un largo discurso lleno de promesas, que lo más seguro es que se queden en ello y que cree que le va a servir para reducir su desaprobación y quedarse hasta el 2026, algo que realmente dudo y que escuchaba con una sonrisa de oreja a oreja un César Acuña, socio del gobierno y maestro del acomodo político.

Sobre la seguridad ciudadana, ya es hora de terminar con la unificación de la Policía Nacional, es hora de restablecer la vigencia de las tres armas y de hacer una restructuración de largo aliento. En seis meses no se forma un policía. Por otro lado, es absurdo expulsar del territorio a extranjeros encontrados en flagancia, porque si el estado limítrofe o Venezuela no los recibe, no hay expulsión posible y la ley termina en nada. Igualmente, de que sirve hablar de que se va a construir un sin número de hospitales, si no hay proyectos o cifras constantes y sonantes, dinero sobre la mesa, plazos. Y sobre todo sin hacer un programa de salud de primer piso, esto es de Postas Médicas, que están abandonadas o no existen y que sin fundamentales para atención primaria de salud.

La problemática judicial tiene que ser abordada de una manera integral y tiene que tener por un lado al propio Poder Judicial y al Gobierno. Se trata de mayores recursos, de mejores y mas calificados jueces, de combate a la corrupción, de acabar con los privilegios del estado de no pagar costos y costas si pierden el juicio; de mejorar la legislación existente para acabar con la impunidad. En esa dirección, es necesario cambiar la Ley de Regionalización, establecer un Plan Nacional de Infraestructura, que no es lo mismo que un MInisterio de Infraestructura, que puede terminar en más burocracia y en corrupción.. 

No hay posibilidad de un futuro alentador, de una democracia real, sin una reforma política de verdad, sin una clase política diferente, sin partidos politicos de verdad, sin un hacer para las mayorías. La política es hoy lumpenezca,carente de valores y principios, de ética y de moral. No hay Acuerdo Nacional que funcione, si los que se sientan alrededor de la mesa, son ignorantones, demagogos, mocha sueldos o los pendejeretes y oportunistas que pululan en la política. Creo que los mensajes Presidenciales deben dar pie a posteriores presentaciones sectoriales que expliquen el cómo y el cuándo de lo que se dijo en el mensaje, eso le daría credibilidad al  discurso. No hubo "Patria Nueva" ayer. No creo que la haya hoy. Lo mas triste es que los hijos de mis hijos estoy seguro que tampoco la van a ver. Ojala me equivoque.

(*) A PROPÓSITO DEL TEMA: Buscar en Etiquetas "LEGUIA" y leer "EL SAQUEO OLVIDADO" y "LA MUERTE DE LEGUIA".

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