EL ESCÁNDALO DEL MAL USO DE LAS VACUNAS:
Y en un país donde las elites políticas están marcadas por la mentira, la mediocridad, la demagogia y la venalidad, se insertan esos ofrecimientos electorales, que ya no encandilan e ilusionan a las masas; como que el elegido presidente va a solucionar todos los males del Perú. Y por eso aparecen los mitos que solo son retorica y que no se sustentan en realidades, como eso de que una máxima del Perú antiguo era el "Ama Sua, Ama Llulla y el Ama Quella", que es un invento en la historia del Perú, porque ningún coronista español o indígena consigna en sus textos esta máxima.
Porque esta máxima se le atribuye en principio a Manuel Lorenzo de Vidaurre, "político" en el más estricto sentido de la palabra, porque tras estar en contra de la independencia y después de traicionar a los hermanos Angulo, termina como "sobón" de Bolívar, como primer Presidente de la Corte Suprema de la República y Presidente del Congreso Constituyente de 1927. Este "ilustre prócer de la independencia", saludaba pintorescamente con un "No robaras", para contestarse él mismo con un "No Mentiras". A ese singular saludo se sumaron las memorias publicadas en Europa del Mariscal Guillermo Miller, quien escribió que el código moral de los incas se sustentaba el AMA SUA, AMA QUELLA, AMA LLULLA: No hurtarás, no mentirás, no seas ocioso, frase que consagrada, oleada y sacramentada, regreso al Perú popularizándose, para que Don Sir Clement Markhan, en su libro "Lima y Cuzco" publicado en Inglaterra en 1856, le añadiera el Ama Huachocchucanqui y el Ama Huañu Cinquichu: no seas adultero y no seas asesino, que no pegaron o que tal vez no se popularizaron en el Perú, porque la clase politica siempre ha escondido debajo de la alfombra el "placer de los sentidos" que da el poder y que conduce al adulterio y a los hijos extramatrimoniales de nuestros líderes.
Castilla, Prado, Alfonso Ugarte y Manuel Ascencio Segura (entre los escritores) como otros políticos de la hora presente, tuvieron hijos extramatrimoniales o no reconocidos. Los tuvo tambien como Manuel Ascencio Segura, Gonzales Prada. Una hija a quien nunca reconoció y que reseña el maestro Luis Alberto Sánchez en un libro homenaje "Nuestras Vidas son los Ríos" para terminar en ésta breve relación, con la historia de la amante francesa de Don Nicolás de Pierola, retratada en un magnifico libro del desaparecido Hugo Garavito "Los últimos Días del Califa" De ambos libros pueden encontrar los lectores sendos artículos en éste blog.
En suma, de lo que se trata es que en la vida hay que ver los hechos y no las palabras, sobre todo viviendo de los políticos. Que en éste país se roba, se miente y hay ocio mental. Somos incapaces de hacer carne, estas supuestas máximas incaicas que son para la publicidad o para la retorica. Somos torpes e incompetentes a la hora de reinventar el país. De hacer de la moral, de la ética una norma de vida. De generar institucionalidad, de formar una nueva clase política o partidos de a verdad.
Lo sucedido con Vizcarra y con otras autoridades, no sorprende por todo lo anterior. Es una muestra más de nuestra descomposición como sociedad, de politicos de cloaca, de carroñeros de la politica en el poder. De un deterioro de la moral publica, que se acelera día a día y que en medio de una campaña electoral, hace que los candidatos terminen burlándose de la ignorancia del pueblo, porque solo apelan a las frases hechas, a la retórica hueca. Desmontar nuestras corruptelas, nuestras lacras y nuestras excrecencias, son parte de un proceso; y son imposibles de eliminar en el corto plazo, en un país sin institucionalidad, sin partidos políticos; en medio de la elección de un nuevo congreso que va a ser fraccionado y con el temor de que inclusive va a ser peor que el anterior.
Cuando el Ejercito de Ocupación chileno se fue del Perú, Patricio Lynch escribió que le dejaban al Perú un eficiente sistema de recaudación porque los peruanos estaban acostumbrados a no pagar impuestos, a exonerar de impuestos y tributos a los amigos y a los amigotes, a defraudar a la hacienda pública. Han pasado más de cien años y estamos en lo mismo. Con los tributos y con las vacunas.