sábado, 29 de junio de 2013

N° 300 - PAÍS TROPICAL

LA CRISIS DEL GIGANTE LATINOAMERICANO:







Creo que después de ignorarnos ambos durante tanto tiempo, el primer paso en la relación nuestra con éste pueblo continente (por su extensión, su población y su PBI) la dio Brasil, cuando el Plan Real comenzó a hacer agua y al ver como Chávez y Venezuela, adquirían protagonismo ideológico en la región,  a través de su clientelismo económico y a pesar de ser una economía en crisis. 

Ante la necesidad del estado y del empresariado carioca de buscar penetrar en nuevos mercados, en mercados menos competitivos que los acostumbrados y escenarios más favorables para invertir capitales, ante la elevada presión tributaria interna y la distorsión de su economía; la visión geo-política de la clase dirigente brasileña de mirar al Perú, fue recogida con satisfacción por nosotros y encontró eco,  un país como el Perú; donde para el  modelo económico imperante, la apertura hacia nuevos mercados, la integración con el gigante latinoamericano (que sobre todo en lo vial nos permitía salir al Atlántico) el intercambio comercial y la interrelación, seria ampliamente favorable para diversos sectores, como por ejemplo el turístico, donde el eje Brasil-La Paz-Cuzco no estaba explotado en su verdadera dimensión. 


Acostumbrado a mirar siempre al frente de sus costas, la política exterior brasileña comenzó a mirar hacia su ahora patio trasero y a tener una mayor presencia en la región; al exportar a países como el Perú, de la mano de un líder carismático como Lula, un modelo de izquierda más moderado y aparentemente más institucionalizado que el de Chávez, a través de patrones de tecnología, de industrialización y de inversión, que podían competir con los mercados tradicionales a los que nosotros echamos mano. Pero el problema es que ni Lula es el gran líder, ni el estadista que reza la propaganda; ni el PARTIDO DE LOS TRABAJADORES, es un instrumento de cambio; ni Brasil es un icono ideológico, político y económico del primer mundo, como lo es Inglaterra, Alemania, Italia o Francia; sino un gigante latinoamericano que tiene un pobre crecimiento de su PBI por año ( 2.7%) una  inflación anual de (6%) y un alto nivel de corrupción, que es el que ha puesto hoy a millones de ciudadanos en las calles, hartos del sistema, de su realidad y de una clase política obligada a cambiar sus conductas políticas y a reformas que le den paz social.

Con Brasil ha sucedió lo que le puede pasar al Perú en el mediano plazo, si no se hacen correcciones al modelo primario exportador; una bonanza económica producto de alza de precios de sus comoditis o de lo que se suele llamar la oferta exportable, que se ve perjudicada por la baja en los precios de sus productos de exportación, por la competencia de mercados como el chino a sus manufacturas,  en un contexto que esta marcado por el agotamiento de recursos naturales; por la incapacidad para hacer reformas a un estado que es incapaz de redistribuir el ingreso y de hacer una nación más igualitaria; y por la poca inversión pública ante el elevado pago de la deuda externa y una política de subsidios, que es como en el Perú, clientelismo y no inclusión social.   

El que en un país como el nuestro -sin partidos, sin una clase política con visión y sin un concepto de nación- el "progresismo" brasileño, sus capitales y  su dinero, sirvan no solo para vender un modelo que no es el que debe impulsarnos con visión de futuro, por varias razones; sino para llegar al poder a sus socios o a sus gonfaloneros internos; para que financien el negocio político interno, sino los grandes negocios, -que el clientelismo, las relaciones y la corrupción permiten- siguiendo el modelo verde amarelo de los nuevos Taitas del Perú del Siglo XXI; es sin lugar a dudas, el resultado de nuestra histórica proclividad a copiar modelos siempre, a depender ideologicamente de terceros. Por eso vemos empresas y capitales brasileños financiando las grandes obras de un país que busca modernidad  y  las posibilidades de poder que permitan nuevos negocios. Por eso desde Alan García hasta Ollanta Humala, pasando por Susana Villaran, se inclinan reverentes ante los pentacampeones mundiales. Brasil es un gigante latinoamericano, pero también es un país tropical y nosotros, a pesar de nuestro crecimiento, tenemos cosas de República Bananera o de perdida, de una Republiqueta

domingo, 23 de junio de 2013

N° 299 - LIMA LA GRIS






Volvió Lima a su color de siempre. A ese gris que se le suele llamar invierno, aunque no es sino un tiempo o una estación más fría que de costumbre en la ciudad. Volvió Lima a ese chipi chipi, al que se le suele poner el rimbombante nombre de "lluvia", con negritas y con mayúsculas, cuando esta no es sino una garúa; gotas de agua que  a veces persistentes, humedecen nuestra piel y nuestra ropa, y que aunque incomodan, no llegan nunca a  mojarnos el alma.

La ciudad tiene en estos tiempos un ropaje distinto a esa urbe que por su abolengo se le llamaba en otros tiempos: " Lima Virreynal". La primera vez que la vi, conservaba ese señorío del que hablan los libros y estaba maquillada con ese color que le da vida. Yo caminaba de la mano de mi padre y el Jr. De la Unión era en ese entonces el Jr. De la Unión; una calle donde el gris le daba sabor a una simple caminata, a un día de compras o al ritual del cortejo entre dos personas que se buscaban y se gustaban. De esa venerable calle solo queda el nombre, porque hoy es un simple y caótico camino para llegar a la Plaza de Armas.

Yo no creo que Lima gris, sea una ciudad triste. Que los limeños la vean como una ciudad infeliz. Este color que pinta la ciudad,  nos suele recordar, estoy seguro, las mañanas cuando de niños, íbamos al colegio soñolientos, con un pan con mantequilla entre las manos, porque el tiempo apretaba y nuestra madre nos abrigaba y nos hablaba del valor del tiempo, de la gripa y de sus consecuencias. Este color que marca la ciudad desde siempre, estoy seguro también, que nos hace recordar, cuando en medio de los amores de la adolescencia, caminar de la mano con esa garúa, tenía el valor de una proeza o cuando con los años encima, la humedad te cala los huesos y te devuelve a aquellas épocas donde no te dolía nada y el gris, la garúa y el poco transporte, era un obstáculo para llegar puntual al trabajo.

Lima es primorosamente gris. La llegada de este invierno, me hizo tocar nuevamente su luz, disfrutar de esa dulce opacidad que es parte de mi vida y de la vida de millones de seres humanos, que la han visto mas aristocrática de lo que es ahora, un tiempo en el que busca modernizarse aunque lo hace lenta y burocráticamente. 

Comienza el invierno y la Lima gris de toda la vida, me hizo sentir ese escondido amor que todos guardamos y que muchas veces no sabemos o no podemos expresar.  Esta Lima gris de toda la vida, me hizo recordar, cuando parado en medio del patio del colegio, castigado por bruto y por freguete y sin poder entrar a clases, prendía mi cigarro y lo fumaba caleta, para según yo matar el tiempo, el frío y seguir jodiendo en la creencia que el humo se confundía con la niebla. Ha llegado el invierno y  en nosotros se mimetiza la luz que tiene siempre la  ciudad.



jueves, 20 de junio de 2013

N° 298 - CHAVISMO, VELASQUISMO, PENSAMIENTO CORREA

OLLANTA HUMALA EN EL TINTERO:



El Comandante Ollanta Humala era en el 2011, la opción de un país, cuyos sectores más pobres, han sido  siempre  seducidos por el discurso populista o de izquierda; por la promesa  demagogica, que suena siempre bien, en un país de gente fantasiosa, que tarde o temprano se termina estrellando con la realidad o mejor dicho con la verdad de la mentira. El Comandante Ollanta Humala era en el 2011, "la honestidad que hacía la diferencia" frente a la candidatura, de la hija un hombre que como Alberto Fujimori, tuvo indudablemente aciertos en su gobierno; pero cuyos errores  tuvieron también, consistencia, sabor, olor y color a delito propio y al ajeno. A las raterías de la camarilla que lo acompaño en el gobierno. 

Y  en esa coyuntura, un país que históricamente no sabe de consensos, hizo lo único que sabe hacer, polarizarse una vez más, entre la derecha bruta y achorada, los conservadores y los beneficiarios del fujimorismo; y del otro lado, los sectores de izquierda, los intelectuales, la mediocre partidocracia opuesta al fujimorismo (que convierte a los hombres de negocios en políticos y a los políticos en hombres de negocios o en comerciantes) y la gente independiente, pensante y con principios y valores democráticos; que en la necesidad de ejercer el derecho al voto, apostaron por Humala  y  por esa "Hoja de Ruta", que no era otra cosa, que el pragmático y calculado hueveo electoral de siempre para llegar al poder, vestido  de  rosado y no de color rojo intenso.  

Al final, el hombre de izquierda que comenzó jurando  por la Constitución de 1979, se volvió en el poder un guardián pretoriano más del sistema; se olvido de los grandes cambios que necesita el estado para tener una identidad y un concepto de nación (que no solo saque a las grandes mayorías de la pobreza, sino que nos conduzca  al desarrollo) y desnudo su dependencia y subordinación al talento, al talante  y al carácter de su mujer.; administrando el modelo  en el punto común de lo que popularmente se llama en los últimos tiempos, el piloto automático; dentro de un gobierno, que no tiene  un partido de soporte, ni lideres de recambio y que es la expresión de la realidad de la política criolla; por la que un oportunista aprovechando la coyuntura, llega una vez más a la presidencia, aparentando tener no solo partido, sino un liderazgo y una capacidad, que el tiempo demuestra que no tiene.

El problema es que a medida que Humala va descubriendo los resortes y las posibilidades del poder, el cachaco populiston y autoritario que  lleva adentro, va apareciendo. Y el fantasma del estatismo y del inmovilismo económico -que ilumina un gobernante mediocre y si nivel de estadista- genera un ruido político, que no es poca cosa en un país marcado por la desconfianza y la corrupción. Y en medio de un gabinete sin gente que tenga personalidad política para frenar las figuritas y no las figuras que nos gobiernan, la presencia de Hugo Chavez y de Juan Velasco Alvarado, aparecen colgados del andamiaje ideológico y retórico de un  Humala, que imita las criticas a la prensa y reproduce las ideas, contrarias a la libertad de expresión, de un mandatario que como Rafael Correa  lo llama "amigo" pero lo ridiculiza; gestos y poses,  que lo presentan en sociedad, como un político más, de la clase política de la que trata de distanciarse y que tanto critica. Y allí está como prueba, el blindaje a Toledo, que cínicamente niega, como niega los insultos que lanza. 

Cuando su obligación es priorizar la ética y la decencia política; las buenas formas, las maneras democráticas y los consensos, Humala saca todavía tibiamente sus referentes internos y los patrones y parámetros políticos que lo marcan y que oculta por calculo político. Si desde la perspectiva del poder, las cosas se le presentan tan fácil de hacer. Una vez más estaremos frente al gran drama de un país que siempre termina padeciendo y renegando de sus gobernantes; retrocediendo lo andado y  caminando a bandazos.  


domingo, 16 de junio de 2013

N° 297 - MI EXPERIENCIA COMO PADRE

.......TERMINA SIENDO BIEN PADRE.....


Escuchando la sabrosa entrevista  de Beto Ortiz a Doña Martha Hildebrant del viernes pasado, un personaje que (aunque no me gustan las comparaciones) es una especie de María Felix para los peruanos, por ser una mujer inteligente, bronca, con personalidad. Una mujer que no se anda por las ramas y que se da su sitio; aunque además de ser fujimorista, su talante no le guste a muchos, en una sociedad hipócrita y pacata  como la nuestra; se me quedo una frase como para iniciar estas confesiones sobre mi experiencia de ser padre. 

Cuando ingrese a Lingüística en la Universidad de San Marcos, pensé conocer a Doña Martha Hildebrant y tener mi propia visión de la leyenda que había alrededor de ella; pero la doña ya estaba en París y la única conclusión que saque, es que era una mujer polémica. Que era odiada por unos y amada y respetada por muchos. En esa entrevista con Beto Ortiz, Doña Martha decía que lo que diferencia a las mujeres de los hombres es el útero. Y algo de razón tiene la afirmación. 

La mera verdad es que los hombres no tenemos una fijación por la paternidad, No nos frustramos por no tener hijos. Al menos, creo que eso le pasa a un gran número de varones, aunque cuando son padres, el hijo esta presente en sus conversaciones y es motivo de orgullo. Debo confesar que algo que me ha resultado siempre tremendamente aburrido, es cuando en determinadas reuniones sociales, el tema de conversación para las parejas, es solo los hijos, los hijos y los hijos y esto porque creo que la vida no puede girar únicamente en función de ellos, porque pierdes el verdadero sentido de vida, que tiene que ver con la felicidad y la realización personal. Al final hacen su vida y te quedas tirando cintura y esperando de los hijos, lo que crees que que debes esperar y que no siempre se da.

Yo creo que el ser un  espectador y un protagonista del proceso de crecimiento y de evolución de un ser humano, es la piedra angular de la experiencia de ser padre. No soy de los que creen que las formas de relación y de comunicación, deben ser diferentes en un ser humano por su  condición de padre o de madre. Creo en ese sentido, que la unidad de la pareja (si hay pareja) debe proyectarse a los hijos, en lo que tiene que ver con la comunicación con estos. Esos secretos, esos compartimientos cerrados en la vida de nuestros hijos, en los que el padre ignora por lo general cosas, situaciones, hechos que solo se confían a la madre, me parecen parte de una cultura, que es propia de una vida y de una sociedad  mas conservadora, ya superada; y no de un mundo como el actual, donde casi nada es motivo de escándalo.

Debo confesar que el nacimiento de mis hijos me significo una percepción que no tuvo que ver necesariamente con lo sentimental, con el amor. Ante el nacimiento de mi primer hijo me sentí como un  animal que olía  y se acercaba con desconfianza a su cachorro -que era amamantado por una madre  a la que el dolor y la chillada, se le fue por arte de magia después de nacer su hijo- con mis  otros hijos, esa percepción fue menor, pero persistió esa inseguridad al contactarlos, tal vez porque la relación con mis hijos la he disfrutado más cuando he podido comunicarme fluidamente con ellos. 

No he sido de los que hablaran con diminutivos. Les he enseñado  a mis hijos desde niños, a ser empáticos y afectivos sin necesidad de "itos, ititos o cambios de voz".  He tratado desde pequeños que vean con naturalidad la desnudez humana, que no sientan el prejuicio de que el cuerpo humano es per se algo pecaminoso. Y además de ello, que lo que a determinada edad quieren, no siempre es lo mejor para ellos. 

Uno de mis hijos tendría cuatro o cinco años (hoy los dos primeros son adolescentes)  su madre había salido a una reunión familiar, quería ver televisión y se negaba a irse a acostar. Al  primer atisbo de pataleta, le dije que "iba a ver televisión toda la noche" y así fue. A medida que la noche  avanzaba, cada vez que quería dormir, lo despertaba (en realidad lo zamaqueaba "amorosamente") para decirle que como quería ver televisión, que siguiera viendo. Cuando llegó Roxana (a eso de las dos de la mañana) encontró el niño su tabla de salvación al grito me "Mamaaaa". Esta demás decir que la estrategia dio resultado. Cuando se le decía que se vaya a dormir (si estaba viendo dibujos animados) se iba a dormir muy rápida y obedientemente. 

Siempre he creído que una familia es como un país y por eso mi familia tiene su propio himno,  su bandera y un patrimonio cultural que data de 1879 y que espero pase de generación en generación. Debo ser honesto en señalar que el proceso de evolución y crecimiento del que hablaba al inicio de este artículo, me ha hecho sentir que la vida ha pasado muy rápido. Esos niños que me ponía en el pecho para juguetear; esos niños que se me han caído de la cama y que han rebotado para mi suerte, sin mayor daño o con los que me he amanecido en el hospital, porque se desmadraron el brazo; comienzan a pisar fuerte y tengo que defender mis perfumes, mi crema de afeitar, mis gaseosas, mis espacios y hasta mi comida. 

Acostumbrado a explicar mis decisiones, suelo decirles que en no se cuantos años, van a estar en mi sitio y van a tener igualmente como yo, un cabrón cuestionando sus decisiones,  creyendo tener razón y queriendo hacer lo que le viene en gana. La apuesta de como van a actuar y las decisiones que van a tomar, esta hecha. Solo he pedido un cigarro y un ron frente a mis cenizas cuando confirmen que tuve razón. 

Aunque no me gustan estas fiestas tan convencionales y comerciales: ¡Felíz Día del Padre!    


domingo, 9 de junio de 2013

N° 296 - EL INDULTO A FUJIMORI

UNA NEGATIVA QUE ABRE UN NUEVO ESCENARIO POLÍTICO: 


Una primera reflexión sobre la negativa del indulto a Fujimori, es que Nadine Heredia y Ollanta Humala, no tienen noción de los tiempos en la política  y  que se equivocan totalmente, cuando creen que el poder es un instrumento suficientemente contundente, para atacar o arrinconar a sus enemigos o adversarios  políticos, en lugar de un elemento para negociar, para conciliar, para llegar a consensos o tender puentes en pro de la gobernabilidad y del futuro del país. 

El problema es que ni Nadine Heredia ni Ollanta Humala son estadistas. La primera es el poder y la inteligencia detrás del trono y su consorte, además de ser un militar, un "cachaco" en terminos del lenguaje popular, dependiente de la figura mujer-madre, que prorrogua el autoritarismo de la casa paterna y su inseguridad; es la prueba palpable de que en este país, ante la falta de partidos políticos;  ante la ausencia de políticos profesionales con carisma y con solera, cualquier aventuro puede ser Presidente de la República.

Resulta absurdo, que la pareja presidencial llame a una reunión de dirigentes políticos para mostrar una supuesta unidad de la clase política en torno al diferendo marítimo con Chile y olvidarse días después de lo que eso representa volviendo a insultar a sus adversarios políticos. Resulta un despropósito, pedirle a los familiares de Fujimori, que presente el pedido de indulto, demorarlo y negarlo en el momento  políticamente menos propicio para sus propios intereses (en un país donde la política es revanchista y cobra siempre las cuentas pendientes) cuando el gobierno se ha abierto varios frentes con la oposición; cuando no hay en la opinión pública la percepción de que hay un rumbo claro y  cuando esta por evacuarse el fallo de La Haya y los fujimoristas, que son la segunda fuerza política en el Congreso y otros actores políticos (más experimentados y con mejores operadores políticos) como los apristas, van a estar con sus lanzas preparadas para dar la batalla en función d elos errores políticos del gobierno.

Queda claro que si Humala pidió a los familiares de Fujimori que presentaran el indulto, es porque como hombre pragmático que es (por encima de posiciones ideológicas o principistas) demoro el indulto humanitario, es porque pensaba otorgarlo,  porque esperaba una negociación con FUERZA POPULAR, que nunca se dio; tal vez porque como hemos expresado, el nacionalismo carece de operadores políticos cancheros o porque los fujimoristas esperaban que Nadine Heredia diera el primer paso. Y lo concreto y lo real, es que este primer paso nunca se dio,  tal vez porque la Presidenta  creía que ellos (que los fujimoristas) se acercarían bajando la cabeza; en ese histórico ritual de la política peruana de negociar por debajo de la mesa, que se suele maquillar hipocritamente  con la frase de que "conversar no es pactar".

Al final, lo anteriormente expuesto, puede explicar una demora que no necesitaba de pericias, de diagnósticos médicos o de absurdos argumentos, que no tienen nada que ver con la salud del ex presidente (como el dado por el propio Humala o por el Jefe de la Comisión de indultos, en el sentido de que "Fujimori no ha mostrado arrepentimiento") sino de la voluntad presidencial. Una voluntad presidencial que ya se expreso y que indudablemente, en uno o en otro sentido, iba  a dejar descontentos a muchos. Y si la invitación a pedir el indulto fue simplemente una frase lanzada al viento porque no pensaban otorgarlo bajo ningún concepto, es claro que la pareja presidencial cree que la política y el gobierno son un juego en el que sobrestiman su capacidad,  su experiencia y a los demás actores políticos.

En lo que tiene que ver con la salud de Fujimori, creo que el mayor problema  es la depresión. Fujimori es una persona temerosa, que no enfrenta situaciones que pongan en peligro su vida  y eso le crea angustia, ansiedad y una depresión que efectivamente  puede llevar a la muerte. Si nos atenemos a diversos actos como el de irse a proteger en la Embajada de Japón cuando el intento de golpe del General Salinas o si analizamos su renuncia por fax, eso es claro. En el contexto de una persona, que  ha ejercido el poder de manera autoritaria,  el encierro y la humillación de la que se siente objeto por ser condenado y cumplir una condena, es desde su punto de vista inmerecido y crea una desestabilización emocional y una perturbación psicológica. 

Considerando los servicios  que se cree haber dado al país, en la percepción personal, en la psiquis de la mayoría de dictadores, los errores cometidos (por más graves que sean)  son perdonables y por eso no hay arrepentimiento. Pero eso no tiene nada que ver con una condición de salud para otorgar un indulto como lo ha planteado el gobierno. Eso es otra cosa. 

El indulto a Fujimori abre un nuevo escenario para el gobierno de Nadine Heredia y de Ollanta Humala de Heredia. Lo que está por verse, es si quien representa el poder formal de la pareja presidencial,el que supuestamente fue elegido por el pueblo; es capaz  de ubicarse en ese nuevo escenario. 


jueves, 6 de junio de 2013

N° 295 - GUERREROS CIVILIZADORES:

CARMEN MC EVOY - POLÍTICA , SOCIEDAD Y CULTURA EN CHILE DURANTE LA GUERRA DEL PACÍFICO:



Al conmemorarse un aniversario más de la Batalla de Arica y al estar próximo el fallo sobre el diferendo marítimo en La Haya, no encuentro mejor excusa que escribir sobre un libro que aunque en honor a la verdad todavía no termino de leer, creo que es uno de los libros más interesantes y originales que han pasado por mis manos sobre la Guerra del Pacífico. Un libro que debería de ser lectura obligatoria para nuestra clase política  y que debería igualmente, ser difundido masivamente, por la importancia de sus conclusiones y del conocimiento que permite de la sociedad chilena desde la óptica no solo del concepto de Chile como Estado-Nación en la perspectiva del pasado, sino en la visión del futuro de una vecindad, que aunque la retórica diplomático-política diga una cosa, siempre va a ser distante, va  a estar basada en la desconfianza; en la competencia por el predominio del Pacífico y con las naturales hipocresías, recelos y puyazos de quienes  se creen diferentes.

A tenor de lo anterior, quiero hacer un pequeño comentario sobre las limitaciones de nuestro mundo editorial y sobre la mezquindad o ausencia de políticas culturales en el amplio sentido de la palabra. El Libro GUERREROS CIVILIZADORES, fue editado en Octubre del 2011, por el CENTRO DE ESTUDIOS BICENTENARIOS DEL PERÚ, con un absurdo, ridículo y mínimo tiraje de 400 ejemplares; que explica que quien escribe estas líneas, lo haya estado buscando durante todo el año pasado, para recién encontrarlo el mes pasado

No tenemos una política editorial, un ente que se preocupe por editar y/o difundir masivamente para públicos específicos, obras que son realmente trascendentes e importante y en esa dirección y como no hay el hábito de la lectura, nadie se preocupa tampoco por hacer un censo de cuantas librerías -en el real sentido de la palabra- tenemos en el Perú, no solo en Lima sino en el interior del país. Las del interior del país deben ser mínimas. En todo el Perú si llegamos a cien, librerías, librerías -donde se encuentren textos editados en el país, textos importados, científicos  literarios, novedades, centros bien montados donde se difunda conocimiento y se haga promoción cultural- es un exceso. Lo que explica nuestros pobres indicadores en materia de educación y nivel cultural;  lo que explica además, que el libro que aquí comento fuera presentado en Chile en la Universidad Diego Portales.

Carmen Mc Evoy es una historiadora peruana, graduada en la UCP, con doctorado en la Universidad de California, que ejerce la docencia en la Universidad de South en Estados Unidos; que construye su obra, no desde la perspectiva del teatro de la guerra, de las acciones militares, sino investigando básicamente en fuentes chilenas (porque las nuestras son bastante pobres) la realidad de la sociedad mapocha (lo que ella llama el frente interno)  a partir de lo que es el enfrentamiento entre dos tendencias de la clase política chilena (liberales y conservadores) a partir de la capacidad de organización de una sociedad en crisis (contrariamente a lo que nos enseñan los libros de texto) que no solo desarrolla un aparato propagandístico bastante articulado, para que la sociedad chilena crea en los argumentos y las banderas de una guerra, que enfrentaba una sociedad "civilizada" contra los "bárbaros"  peruanos y bolivianos; sino que organiza  un ejercito, que como el chileno no estaba preparado para la guerra. Y por último, una sociedad que encuentra en la iglesia, una institución que juega un papel importante, mistificador del conflicto, identificando patria con dios y religión, para justificar la guerra, para enlistar a los ciudadanos en un  ejercito, que termina con los supuestos "civilizadores" cometiendo barbaridad y media en los territorios ocupados.

La guerra significo para Chile la posibilidad de terminar de construir su estado nación, de salir de su crisis económica gracias al botín que le da la guerra. La chilena es según Mc Evoy, una sociedad más homogénea que sus vecinos, con un centralismo y una administración pública organizada y eficiente, que ve en la guerra con Perú y Bolivia, una prolongación y a la vez una distracción, del conflicto con los pueblos araucanos que venía de años atrás y que fue sangrienta y cainita. 

Creo que el libro nos sirve para comprender a la élite del país del sur, los parámetros ideológico políticos de la misma, que  venden el conflicto como una guerra justa y de naturaleza épica y moralizadora. Mc Evoy nos permite comprender como se articulan históricamente los elementos del quehacer político. Esa necesidad y ese objetivo hegemónico chileno de convertirse en una potencia hemisférica en el continente (algo que nuestra clase política no entiende) y que los norteamericanos en esa época, vieron como un peligro en el Pacífico Sur, motivación que subsiste hasta nuestros días. 

Frente a ese objetivo hegemónico de nuestros vecinos, respondemos siempre  con peroratas pacifistas y sin saber cual es el objetivo de nuestro crecimiento económico. Nuestros líderes hablan de arrebatar a los chilenos el predominio económico en el Pacífico Sur; sin embargo, tal vez por sus limitaciones y su demagogia, nuestra clase política, como no hay un proyecto de nación ni hay estado; se rasga las vestiduras  frente al hecho que representa al ser o pretender ser una  potencia económica en el continente; el ser también una potencia militar  y por eso  no hablamos de un ejercito profesional sino de "servicio militar". Por eso estamos como estamos. Con la más alta magistratura de la nación haciendo crisis en lo que representa el ejercicio del poder;  porque hay un militar en el gobierno, un "Comandante" .Y aunque por lo general los militares mandan....a éste  según todos los indicios lo manda su mujer.