INJUSTIFICABLES VOTOS A FAVOR DE LA IMPUNIDAD:
Yehude Simon es un político que ha tenido la habilidad de reinventarse. Despues de ser un destacado miembro de la quinta columna o del ala legal del MRTA, de ser Director de un líbelo emeterrista, donde no solo hacía propaganda a Polay y a sus huestes, sino que petardeaba la institucionalidad democrática y el estado de derecho (lo que le valió caer en cana) tras ser indultado por sus amigos y colegas; porque los políticos son una cofradía, una especie de "rosca" a la boliviana, en la que estos se ayudan, se colaboran, se dan la mano y se salvan de las desgracias ajenas que pueden terminar siendo propias; se volvió un político, blanco, creyente de la democracia y con la palabra de dios en los labios.
A propósito del espíritu de cuerpo de nuestros políticos, es necesario indicar que estos se pueden decir la vela verde en el Congreso, se pueden querer hasta agarrar a golpes, pero después se amistan, se dan la mano; comen y chupan juntos en cuanto coktelito coinciden. Eso se llama según ellos "convivencia y discrepancia civilizada".

Hombre de izquierda renovada (de una izquierda que por fuera es angelical y rosadita por la coyuntura de los tiempos y por la imagen política que se forja) Simon después del indulto, como aliado de PPK llega a la mesa directiva del Congreso y con ello tiene un pie en el oficialismo, las granjerías del poder y las posibilidades futuras de ser Presidente del Congreso. Razones mas que suficientes para entender su decisión de no votar contra Chejade.
Simon pudo abstenerse pero no lo hizo. Como político cazurro sabe que para la acusación constitucional solo se necesitan los abundantes indicios razonables que hay en el expediente, pero el habla de la necesidad de pruebas y ensaya una perorata con el hipócrita humanismo con el que ha rotulado su partido de cuatro gatos. Simon habla de linchamiento, de injusticia, de honor mancillado como argumento frente a su voto. Pero el ciudadano de a pie, con una pizca de lógica y sentido común, sabe que ese es el clasico hueveo, el floro institucional de los cubileteos y la satisfacción de intereses personales de la política criolla. Yehude Simon sin duda, la quiere pegar de santurrón, pero el habito no le queda. Como tampoco le queda a los señores Merino de Lama, Andrade y al toledista. En el caso del primero, tambien Vice presidente del Congreso, éste se zurro en el hecho de que su partido ACCION POPULAR y una figura representativa como Victor Andrés García Belaunde, Presidente de la Comisión, estén a favor de la denuncia a Chejade y prefirio sin sonrojo los beneficios del poder que le da el cargo. En el caso de Andrade, desde hace rato su cercanía a GANA PERÚ no es desinteresada y en lo que toca al ex alcalde de Puente Piedra, Renan Espinoza, éste antes que obedecer al cholo Toledo, canjeo su voto por impunidad para evitar ser procesado por malversación de su gestión edil.
Si por lo común desconfío de la gente que tiene a Dios a flor de labios, con mucha mayor razón, desconfío de políticos como Simón, que hablan de Dios, de democracia, de verdad, mientras sus actos dicen otra cosa, que no pueden justificar por más intento que hagan. Politicos como Simon, al abrigo del poder, subestiman la inteligencia ajena y sobrestiman la propia. En el fondo la cuestión es que hay cojudeos y cojudeos. Allí está el detalle.