viernes, 18 de noviembre de 2022

N° 586 - CASTILLO SERRANO

Y  LA SEMANTICA  DE LOS ESTEREOTIPOS COMO INSULTO:



Cada vez que escucho a Castillo,  dividir a los peruanos maltratando el idioma; hablando de pobres y ricos, apelando a su origen campesino, a su condición de profesor provinciano, de  andino y agricultor, erigiéndose como un hombre del pueblo diferente; mesiánico; subido en un banquito imaginario para pretender  adquirir la talla de líder que no tiene y ser el salvador de los pobres y los desposeídos del país. Cada vez que con la hipocresía propia de los políticos, lo escucho hablar a Pedro Castillo, con preocupación por los intereses populares; por el niño que no tiene escuela, por el pobre que no tiene pan y que ha sido expoliado por esos blancos, ricos y "politicos tradicionales" rateros y corruptos que nos gobernaron y de los que sin ninguna duda forma parte. Pienso  que el gran problema de este país de cara al futuro, es la ignorancia, la falta de educación, la falta de ciudadanos y de ciudadanía, por la que el Chotano agita el punto común, ofrece ingreso libre para las universidades y hospitales en todo lugar al que va y que no proyecta ni construye, "vendiendo humo"  para mantenerse en el Poder y recoger simpatías del pueblo, cuando la historia de estos proyectos populistas y demagógicos esta escrita hace tiempo.

En el contexto anterior, debo reconocer que soy un "provocador" y ya me sucedió antes, sobre todo en un medio como el nuestro, tan hipócrita y pacato, donde la gente se escandaliza o se ofende por una palabra, entendiendo que hay palabras buenas y palabras malas, cuando no hay palabras buenas ni malas, que muchas veces las usamos e ignoramos o las catalogamos y prejuzgamos per se. Entonces, escribí aludiendo a lo anteriormente expuesto y escuchándolo nuevamente al Chotano dividir a los peruanos: "ESTE SERRANO LO UNICO QUE HACE ES DIVIDIR, INTRIGAR....ES LA UNICA FORMA DE MANTENERSE EN EL PODER".....lo demás sabiendo la reacción era sentarse a esperar.

En nuestro imaginario popular, en nuestro subconsciente colectivo, en nuestra cultura, la palabra "Serrano" es considerada una ofensa, una "palabra fuerte". Don Luis Alberto Sanchez, decía que en el Perú, "el Cholo que tiene plata se agringa, el gringo pobre se achola". Y aquí entran una serie de factores que seria ocioso mencionar "Cholo" es Sotil" por ejemplo y es una palabra entendida afectuosamente con relación al sujeto. En México por ejemplo, el llamar a alguien "serrano" no es ningún insulto, porque alude a un lugar geográfico. Decir por oposición, que una mujer sale a "talonear" en México, es una ofensa porque implica "putear" y aquí no tiene esa acepción

Es necesario indicar que en el lenguaje escrito, lo que da carácter de peyorativo, de insulto, es el contexto, si no hay énfasis, sonoridad. A nivel de lengua o de habla le damos a las palabras connotaciones que no tienen. Darle a la palabra "serrano" una acepción peyorativa, como se hace con la palabra "caviar" o "rojo" es parte de lo que en lingüística se llama  Semántica de Estereotipos para expresiones peyorativas de grupo que funcionan como insultos  y que no son otra cosa que expresiones que se asumen en el habla o en la lengua, con carácter de insulto y  que se trasvasan del ámbito de la cultura a la semántica, al lenguaje. Lo cultural es para nosotros, que el serrano es discriminado, pobre, ignorante, ese es el juego teórico conceptual del que hablaba Ferdinand de Saussure entre signo, significado y significante. 

Explorando el tema es necesario indicar que, la palabra cojudo por ejemplo, no tiene ninguna significación en México. Martha Hildebrant  en su libro "EL HABLA CULTA" le da al peruanismo la equivalencia a "minucia" "tonteria" que deriva de "Cojudo" una palabra nacida semánticamente en el Perú, originada en la peninsular "cojonudo"  que es sinónimo de estupendo. Para Doña Martha, "cojudear" significa "perder tiempo" " engañar". La palabra "cojudez"  no tiene ninguna acepción en el DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA, y según el desaparecido Marco Aurelio Denegrí, la palabra tiene cinco acepciones "Cualidad de Cojudo", "Necedad, Tonteria, Cosa de Mala calidad,, Cosa Insignificante, Situación espinosa Problemática o Delicada". El ilustre humanista e intelectual peruano, en un interesante artículo publicado en LA REPUBLICA (12/09/2004) anota que "los peruanos tenemos la particularidad de generar cojudez con una facilidad asombrosa. Somos pues cojudogenos. El neologismo cojudógeno designa a la persona que genera cojudez, que la suscita y despierta, que la provoca y engendra.  

Nosotros pues, somos los que desde el punto de la psicolingüística, le damos la acepción, el carácter y el contenido que queremos a las palabras. Aunque a veces en privado y hablándome a mi mismo, le digo a Pedro Castillo "Serrano #$"&%¡". Yo escribí "Serrano" refiriéndome al  origen  andino con el que  el Presidente se rasga las vestiduras con histrionico oportunismo -lo demás es parte del imaginario popular, un fenómeno cultural, semántico- y aunque pase por San Marcos para estudiar Lingüística, lo más rescatable es que allí viví una de las épocas más  bellas y mas tiernas de mi experiencia humana, donde hasta conocí el amor por primera vez. 

Y es que recuerdo ahora, esa pintada con vela, que le metí al techo de una de las aulas magnas de la Facultad de Derecho -donde quedaba lingüística en los 70s- tras conseguirme una gran escalera y todo  para buscar que unos compañeros, que en mi parecer "se hacían ojitos" se "empataran", algo que finalmente no conseguí. Recuerdo ahora los cuentos de humor que escribía para el Salón que hasta la profesora leía gustosamente. Me viene a la memoria, esa borrachera de antología en la Cooperativa Juan del Valle, donde después de comprar trago en abundancia porque era el delegado y me correspondía esa responsabilidad -se trataba de un salón  mayoritariamente de hombres y  "mayoría manda"- yo la pase con las Chicas, que "en protesta por la compra efectuada" se encerraron en un salón, mientras yo  "Bien Caballerito" la pasaba conversando con ellas, sirviéndoles  un chilcanito de guinda. Al amanecer los jardines de la Cooperativa, parecían un campo de batalla, con gente regada "durmiendo la mona", mientras el Chofer del "Burro", se quejaba que un compañero le quito el asiento del fondo para dormir y encima le hizo la bronca. Una época en la que Don Man Bo Park era en mis historias de salón, Ma Mo a Chu Par. Cuando mi profesor de Antropología me dejaba "sazonado" a las 12.30 de la noche, cuando el toque de queda en esas épocas del Gobierno de Morales Bermúdez comenzaban a las 12.00, lo que indudablemente despertó mi vocación por la antropología. 

Y finalmente, allí esa "soplada de antología" cuando la Profesora de Materialismo Dialectico, al ver que  yo andaba en una conversada de esas con una compañera, le pregunta a ésta: ¡¿De que Corriente estamos hablando?! y yo con "angelical maldad" -de la que hoy por supuesto me arrepiento- le susurre "De la corriente eléctrica"....lo que significo que la profesora la sacara de la clase. "Purito Lingüística" como decía Don Julio López Cubillas, compañero de esas épocas y hoy feliz abuelo. Fíjense todo lo que me llevo escribir que Castillo es serrano.