
Un día como hoy hace cinco años, puse en este blog unas líneas de esas que no se escriben con tinta sino con el corazón. Eran los 95 años de la Tía Thelma, la esposa de mi tío Reynaldo hermano de mi madre, madre de mi primo Nano -ya fallecido- que con mi primo Chulín, hijo de mi Tía Carmen, también hermana de mi madre, fueron esos hermanos contemporáneos que no tuve y con los que compartimos muchas cosas de niños.
Siempre recuerdo la última vez que nos vimos con ellos en casa de la Tía Gloria, la última hermana de mi madre que esta viva. Era como volver a ser niño, recordando la complicidad de la mataperrada y de la travesura ingenua, que era para reír y correr. Eran tiempos del trompo, de "los Siete Pecados", del "lingo", de la "Matachola" carnavalera, del silbido de reglamento para buscarse y salir a jugar pelota en ese parque que estaba frente al Cuartel "2 de Artillería" en la Av. Vivanco, donde sirvió Perico León, gran delantero de Alianza Lima, que era el Paolo Guerrero de los setentas y que todos buscaban cuando había Paseo de Antorchas, para tener como trofeo, la antorcha que portaba Perico León, de los mejores delanteros que he visto, icono del "rodillo negro" que conformaba con Pitín Zegarra, con Babalú Martinez, con Julio Baylón, Manuel Grimaldo y Juan de la Vega.
En esa pelicula de mi vida que esta en blanco y negro y que no se borra aunque pasen los años, está la Tía Thelma, que hoy cumple CIEN AÑOS, para gusto y satisfacción de todos los que la quieren y que lo celebraron en grande. La "Mamele" como le dicen en la familia -nombre que debo confesar que me resulta difícil de repetir, porque curiosamente para un irreverente como yo, el "Tía Thelma" es el que está y ha estado siempre en mi corazón y en mis afectos desde que era niño- es una venerable anciana , que a despecho de sus años esta lúcida, conversadora como siempre y goza de una buena salud. Viniendo de una familia longeva, de ancestro Chino, afincada en San Pedro de LLoc donde la Tía Thelma nació, creo que eso garantiza que la vamos a tener mucho tiempo más entre nosotros.
Por esa ironías de la vida, como en la anterior celebración, por "razones afectivamente injustificables" de trabajo, pero que tienen que ver con la responsabilidad y el compromiso profesional que uno tiene con terceros, no pude estar en esos CIEN AÑOS y aunque recibí por la cabeza todos los trastes que había en mi cocina, porque mi mujer quería estar "si o si", creo que termino haciendo un "acto de presencia", sentimental, anudando palabras sobre lo que siento y pienso, de esta mujer que recuerdo con cariño como una persona centrada, siempre ponderada. Como una madre preocupada por la educación de su hijos, siempre detrás de las tareas o preparando un delicioso Conejo que pasaba por la ventana que conectaba su casa con la casa de los abuelos.
No hay mejor homenaje a la vida y al amor que celebrar sus CIEN AÑOS. Que retroceder el tiempo y buscar esas pequeñas cosas que nos terminan uniendo a los seres humanos en ese escenario imaginario en el que experimentamos la vida que nos toca vivir alrededor de personas que están en nuestras vidas y en nuestros afectos. Yo recordaba esta tarde esas serenatas de su marido en su cumpleaños donde iba con mi madre. La vieja casa de los abuelos, que tenía una higuera y una pajarera y donde en "la Pampa" hacíamos con el Nano y con el Chulín carreras de cucarachas martinas. El que nunca la vi ni gritar ni pelear o renegar.
Con CIEN AÑOS a cuestas, es ella insisto, el mejor homenaje a la vida y al amor que podemos tener en estos días donde la felicidad esta en una tienda o en un celular de ultima generación. Rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos. De los que la queremos y disfrutamos porque compartimos parte de nuestras vidas en ese Pueblo Libre de cuando había La Remonta y que ya no tiene ni ese sabor ni ese olor de tradición republicana. Espero a mi regreso porque estoy de salida, visitar a la Tía Thelma y poder conversar tranquilo con ella. Un Felíz Cumpleaños Tía Thelma. Un beso desde mi corazón y desde mis afectos.