Soy de los que aposté sin dudas por estos juegos Panamericanos, LIMA 2019. En un país donde la unidad es retórica y donde desde los seudo partidos que tenemos, se habla de "democracia" de "respeto a la ley" de "unidad y hermandad", pero no hay la menor intención de construir una democracia interna que sea la base para una sociedad democrática con ciudadanos y ciudadanía; como no hay tampoco la menor intención de respetar la ley y menos de ser fraternal, creí que esto iba a ser positivo desde todo punto de vista, sobre todo después de escuchar a "destacados" miembros de nuestra clase política, hablar del "punto común" de nuestra pobreza, de nuestras carencias. De la demagogia con la que la clase politica divide para terminar manipulando y gobernando en ese "piloto automático" que nació en los noventas.
Este es un país fragmentado, dividido, donde se "cholea" y se discrimina, aunque se baile "huaynito". Un país donde como decía el maestro Luis Alberto Sánchez "el indio que tiene plata se agringa y el cholo misio se achola". Dentro de nuestras grandes carencias esta la de infraestructura y en medio de ellas la infraestructura deportiva que gracias a los juegos se ha superado en algo.
El gran deporte de masas es el fútbol, el voleibol ha perdido su brillo, hay deportes en extinción y otros que ni se practican. En ese contexto, la infraestructura deportiva construida y que nos deja estos juegos es importante. El reto de los gobernantes que vengan es que hay que mantener las instalaciones, hay que meterle presupuestos al deporte y planificar la practica masiva de las diversas disciplinas deportivas desde los colegios. Hay que no solo conservar las instalaciones que nos dejan los Panamericanos sino expander a provincias su practica masiva buscando deportistas destacados.
El gran deporte de masas es el fútbol, el voleibol ha perdido su brillo, hay deportes en extinción y otros que ni se practican. En ese contexto, la infraestructura deportiva construida y que nos deja estos juegos es importante. El reto de los gobernantes que vengan es que hay que mantener las instalaciones, hay que meterle presupuestos al deporte y planificar la practica masiva de las diversas disciplinas deportivas desde los colegios. Hay que no solo conservar las instalaciones que nos dejan los Panamericanos sino expander a provincias su practica masiva buscando deportistas destacados.
Hay que ir pensando en formas o maneras de evitar que se terminen robando, perdiendo o abandonando los activos de los escenarios construidos; puede ser un fideicomiso donde los beneficiarios sean las federaciones y se administre para actividades deportivas exclusivamente, organizando diversos campeonatos latinoamericanos. Con estos juegos ha quedado demostrado no solo que somos capaces de organizar eventos de importancia, sino que podemos mostrar nuestro mosaico cultural e incentivar el turismo. Adicionalmente a lo anterior, ha llegado la hora de buscar que el deporte sea un elemento de unidad, sino que también nos preparemos para que los laureles del triunfo nos coronen. Para que el deporte sea una palanca para elevar nuestra autoestima, para sentirnos orgullos de ser peruanos. Creo que ese sentimiento de victoria, de orgullo y de peruanidad, nos erizo la piel esta noche.
Hay cosas de la que no somos consientes. De que somos un país de hombres y mujeres cálidos y hospitalarios. De que hablamos "gritando". De que somos mucho más que una gastronomía excelente. Este es un gran país con una clase politica deprimente, que tenemos que soportar por culpa exclusivamente nuestra, al dejarlos que sigan gobernando para sus propios intereses y que no se preocupen por dar una educación de calidad y sobre todo para los sectores rurales, lo que implica apuntalar la educación rural en infraestructura y en capacitación de maestros. Hay muchísimo que hacer como decía Vallejo, pero hoy podemos estar orgullosos de nuestros juegos Panamericanos. Contentos de que esta "grisácea Lima", haya brillado y mostrado un gran país al mundo.