Y LA HISTORIA QUE NO SE DEBIO CONTAR:
Este es un país surrealista. Un país de caricatura, con electores pero no con ciudadanos, donde el poder y el dinero, son los valores más preclaros del ser humano para una sociedad hipocrita, ignorantona y pacata. Este es un país donde no se defienden valores ni principios; se defienden intereses, percepciones y fobias políticas, en una comunidad sin partidos, con políticos corruptos, mediocres y sin visión de país mayoritariamente, donde la gente habla con la autoridad que le da su ignorancia, con el conocimiento de su sectarismo y hasta con la educación machista de su condición de mujer .
Este es tambien un país sin cultura ni masas educadas. De esa ignorancia se aprovechan las clases dirigentes y los grupos de poder para gobernar, para manipular a las masas y mantener el poder. Y esa es la razón por la que programas como "El Valor de la Verdad" tienen horario estelar y alto raiting. Por las que gente como Lescano es defendida de sus "demonios internos" y no de sus "enemigos políticos" .
El Perú es un país sin un concepto de nación, una republiqueta que la pega de "república democrática", donde casos como el de Mamani o el de Lescano, muestran otras de las excrecenias de nuestra clase política, que acreditan que nos vamos a los extremos para solucionar los problemas que nos agobian como sociedad. Si se trata de prescripción de delitos de corrupción, se legisla que "no hay corrupción en delitos de corrupción" cuando eso es demagogia porque si hay prescripción para el que mata, debe haberlo para el que le roba al Estado. Basta poner el periodo de prescripción en setenta años, periodo donde es dificil que alguien viva, para evitar que se birle la ley, pero hay que ser efectista, demagogo y "draconiano".
Y por eso tenemos las leyes que tenemos para combatir el acoso sexual o la agresión contra la mujer, que pueden ser excesivas, demasiado duras, pero han sido aprobadas por los propios "padres de la patria" a los que se les esta aplicando la citada legislación, porque ejercen y han ejercido siempre su poder con la autoridad de la bragueta y las exquisiteses y la sensualidad del poder.
Y como este es un país de marcadas diferencias, no es lo mismo el "Cholo" Mamani, que el "Cholo" Lescano. El segundo es un político "de trayectoria", "antifujimorista" y "antiaprista", de esos demagogos pirotécnicos a los que les gusta el "show político"; que dividen para reinar ante el aplauso de las masas y que puede maquillar sus "calenturas" como parte de "un complot", como "persecusión política". Como una deliberada y dolosa campaña para "desprestigiarlo" y "desacreditarlo". Y como éste es un país donde no se respeta la ley, donde se tergiversa y se interpreta -como a cada quien le viene en gana- la ley, en un país donde las mujeres son "machistas" cuando les conviene; la agraviada en el caso Lescano, es "una puta", "una ofrecida" y se ha prestado para la "cochinada" con tan ilustre tribuno de la patria.
Y cuando el morbo y el dinero de las ventas vale mas que la ley que faculta a la reserva de la identidad, Don César Hildebrant en su semanario "HILDEBRANT EN SUS TRECE" confunde su credibilidad y su prestigio con el respeto a la ley se cree intocable, viola la ley y rebela "sin querer queriendo" la identidad de la agraviada. Un hecho que le debe generar espero, algún proceso penal y una indemnización económica en lo civil, aunque politicamente descoloca a Lescano porque lo deja sin el argumento de lo de "denuncia anonima" que no es cierto. Y digo esto porque el efecto que busca evitar la ley se ha dado gracias a su dolosa insensatez. La agraviada es materia de una serie de insultos, agravios y un linchamiento mediatico en diversos medios y de diverso tipo, que ofenden su honor, su dignidad y su condición de mujer, frente a un Lescano que se relame de gusto y que va "a salir con todo" en "defensa de su honor".
Lo que se viene es el circo de siempre, el espectaculo al que estamos acostumbrados como sociedad. La división que nos une como país, una división por la que nunca hemos podido materializar un concepto definido de nación. Lo bueno de todo es que hay una precaria institucionalidad. Que a pesar del histrionismo de Lescano, de las inconsistencias de una mujer que cree como muchos que hay que darle licencias o ser complaciente y permisiva con el poder, que en determinado momento nos puede servir y termina pagando el alto precio a su dignidad por no ser directa y frontal, allí esta la ley. Una ley que puede ser excesiva, desproporcinada, demasiado sancionadora, pero es la ley vigente para regular situaciones de hecho como estas a las que el Congresista Lescano les quiere dar el tinte de una maniobra política. El tiempo dira hasta cuando le va a ligar ser un "encantador de serpientes".