El problema de la violencia de genero, del feminicidio y del asesinato de mujeres en el Perú y en el mundo, viene adquiriendo niveles alarmantes. En lo que va del año se han asesinado cinco mujeres y no hay muestras de que el Estado reaccione ante el problema, porque para nuestra clase política el problema es el poder o mejor dicho, la búsqueda del poder en un país fraccionado, con un presidente que se ha subido a la cresta de la ola del descontento popular, pero que es bueno decirlo, esta lejos de ser un dictador, un tirano o de revivir un "fujimorismo cholo".
Vizcarra no es un político de fuste, un líder carismático, un hombre que tenga la capacidad de articular un movimiento político, ni generar incondicionales; de hecho se ha distanciado hasta de su propia bancada. Su merito -y la envidia de sus adversarios- es que ha sincronizado con el descontento popular, a costa es cierto, de los intereses nacionales y de la razón jurídica. Lo anterior en un contexto en el que FUERZA POPULAR sufre un descalabro político producto de su soberbia, de su prepotencia y de su falta de cuadros e intelligencia política, lo que no significa que se le extienda su partida de defunción.
Para hacer más pintoresco el escenario político peruano, Don Chavarry ex Fiscal de la Nación nos presenta una asesora bastante "descocada" por llamarle de alguna manera -que ha sido congresista inclusive -lo que prueba "la gentita" que llega a ese poder del Estado- el fiscal miente descaradamente y su futuro además de que esta cerca de Piedras Gordas, merece una reflexión sobre nuestra clase dirigente, sobre los grandes intereses nacionales y el futuro del país. La mentira, la demagogia, la incapacidad, la mediocridad, la deshonestidad, el histrionismo y las caretas dominan la escena nacional. Y lo concreto y lo real es que vamos a seguir padeciendo un país que pasó del "pisco y la butifarra" al "taper y el polito" .
En medio de la dolorosa realidad de los ciento cuarentainueve (149) casos de feminicidio del año 2018 y los cinco (5) casos del presente año, es bueno recordar a Judith Butler (USA 1956) la filosofa más influyente sobre estudios de genero; feminista fundadora de "Ni una Menos" quien en una conferencia en Noviembre pasado en la FERIA DEL LIBRO DE GUADALAJARA, expreso que la muerte de una mujer en nuestra sociedad es la culminación de la desigualdad social.
La Dra. Butler es una de las personas que mas ha trabajado estudios sobre la Teoría Queer, que sostiene que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales, no están necesariamente inscritos en la naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social que varía en función de cada sociedad. Para la filosofa norteamericana de origen judío, las sociedades están divididas en dos tipos de personas, aquellas cuya vida tiene que ser protegida y las que su vida no es indispensable. "las mujeres son asesinadas no por lo que hacen sino por lo que son", la pertenencia y la supuesta dominación del hombre sobre la mujer hacen que su vida dependa de ellos afirma Butler. Para ella libertad y violencia son términos antagónicos en el contexto de la violencia de género y a lo que debe apuntarse, es a la búsqueda de una sociedad feminista y no machista basada en la no violencia y en criterios de igualdad y de ética política.
Las ideas de la filosofa norteamericana son importantes en la medida que exploran la necesidad de un pensamiento crítico feminista de carácter ético politico que busque la libertad de la mujer en cuanto ser humano y en contraposición al llamado "genero hegemónico". Para Butler la lucha contra la violencia de genero no solo debe sustentarse en la norma o en un marco legal determinado, debe implicar un cambio en la forma de percibir históricamente la relación hombre-mujer y todo lo que ello implica, hasta desde el punto de vista religioso.
Y en lo religioso tiene mucha razón. Comenzando por el Genesis 3:16 "estarás bajo la potestad de un hombre y el te dominará" pasando por Corintios 1: 11-3 donde se lee que "Cristo es cabeza de todo varón y el varón es cabeza de toda mujer" o en el mismo Corintios 1:14-33 donde se escribe "Que las mujeres estén calladas en las asambleas" o en Timoteo 1: 8-15 que dice que "la mujer sea sumisa y que solo se dedique a la maternidad". Frases machistas, que resultan inconcebibles para un texto inspirado por un dios que no tiene noción del tiempo y que puede ver el futuro de la humanidad. Al final se trata de un dios que no hace el amor porque su hijo nace "sin pecado". Y lo digo desde mis convicciones de católico, apostólico e hincha del glorioso Sport Boys del Callao.
Y en lo religioso tiene mucha razón. Comenzando por el Genesis 3:16 "estarás bajo la potestad de un hombre y el te dominará" pasando por Corintios 1: 11-3 donde se lee que "Cristo es cabeza de todo varón y el varón es cabeza de toda mujer" o en el mismo Corintios 1:14-33 donde se escribe "Que las mujeres estén calladas en las asambleas" o en Timoteo 1: 8-15 que dice que "la mujer sea sumisa y que solo se dedique a la maternidad". Frases machistas, que resultan inconcebibles para un texto inspirado por un dios que no tiene noción del tiempo y que puede ver el futuro de la humanidad. Al final se trata de un dios que no hace el amor porque su hijo nace "sin pecado". Y lo digo desde mis convicciones de católico, apostólico e hincha del glorioso Sport Boys del Callao.
La vulnerabilidad, la precariedad y la interdependencia son elementos que marcan la desigualdad y por ende la violencia contra la mujer en un escenario de dominación-subordinación propio de las relaciones humanas que reproduce el binomio amo-esclavo y los clásicos estereotipos de genero que tanto daño hacen por la tradición, la cultura y las creencias. El problema de la violencia contra la mujer tiene un marco conceptual definido pero también tiene que abordar a la "mujer real" que tiene varias identidades en función de su raza, de su condición tercermundista, de su posición económica o de su educación.
Escribo estas líneas después de que el tema me rondara por la cabeza, tras ver a un grupo de mujeres frente al Congreso buscando un marco legal para sancionar la violencia contra la mujer. Los asesinatos de mujeres, en muchos casos indefensas, nos muestran estereotipos que exacerban la virilidad y el deseo de poseer. El problema como trato de expresar a través de estas lineas, no es de carácter normativo, es un problema cultural, tiene que ver con el empoderamiento de la mujer. Yo no creo que ayude mucho eso de la representación paritaria en la política por ejemplo, porque se trata de un asunto de fondo y no de forma, de calidad, de idoneidad y de conocimiento antes que de números. Por eso concuerdo con Butler en aquello del pensamiento crítico. Por eso creo que frente a estereotipos culturales que vienen desde las precarias sociedades humanas, hay un largo trabajo por desarrollar. La construcción de una sociedad humana mas igualitaria, menos machista y la voluntad de entender la relación hombre-mujer sin las taras de siempre; es lo que esta en el tintero de la historia que aun falta escribirse....Dios quiera que no a costa de tantas más vidas.