La cobarde, delictiva e injustificable agresión de SERENOS DE LA MUNICIPALIDAD DE SAN ISIDRO, contra el ciudadano CARLOS URRUTIA VACARO -que salio a defender a una mujer que era agredida por estos, al gritarles "abusivos"- cuando le quitaban por la fuerza sus productos a unos ambulantes, es repudiable. Y lo primero que hay que expresar al respecto, es que este hecho, pone en tela de juicio la falta de institucionalidad, de criterio, el figurettismo y la falta de ideas y de coherencia, de quienes gobiernan en el marco de las leyes nacionales, para solucionar el problema de la delincuencia. Medidas como la de sacar a las fuerzas armadas o dotar de armas al serenazgo en un país donde la gente hace lo que le da la gana, donde la impunidad y la mediocridad con poder reinan, resulta peligroso.
En principio, es necesario indicar que estos individuos eran personal de serenazgo, con chalecos de "Fiscalización", una dependencia municipal cuyas funciones no son represivas sino que tienen que ver con levantar actas de supuestas infracciones. Ese hecho implica que la Municipalidad este infringiendo la ley, esta utilizando la fuerza, la matonería, el abuso y la prepotencia para supuestamente "imponer orden". Me imagino que el ciudadano afectado debe hacer valer esa infracción en la demanda de indemnización a interponer contra la Municipalidad de San Isidro, que es la empleadora de estos sujetos.
En la dirección anterior, la violencia y la prepotencia con la que actuaron prueba que no es personal ni idóneo, ni capacitado o entrenado. Que no se hace un perfil psicológico, ni una adecuada selección para contratarlos o renovarles el contrato y que el penoso hecho de un ciudadano español asesinado hace años por serenos de la Municipalidad de Miraflores jamás fue tomado en cuenta. Si a eso le sumamos la brillante idea de pone al ejercito en las calles, volvemos a un país sin memoria, donde no cuentan los abusos que se dieron durante los "toques de queda" de las épocas de la dictadura militar o en las zonas de emergencia en las épocas del terrorismo.
Al revisar el vídeo, es indignante ver el papel del miembro de la PNP, que en lugar de impedir la agresión o el abuso, se muestra complaciente y timorato frente a los hechos. Esperamos que la alta oficialidad de la policía sancione y de de baja a este efectivo, que mostró indiferencia y pusilanimidad en el ejercicio de su función. Una vez más creemos que el próximo gobierno debe de proceder a una reforma de la Policía Nacional del Perú, volviendo a la especialización, a la independización o individualización de las tres instituciones, en un contexto en el que personal civil se dedique a funciones administrativas en las comisarias, tras un proceso de ingreso y capacitación en las mismas escuelas de la PNP. Ese hecho permitiría un mayor numero de miembros en labores efectivas, en funciones propias del encargo constitucional.
Nadie esta en contra de una misión extranjera para la reorganización de la PNP, pero lo que tiene que hacerse es un trabajo que le de mística, ética y patrones morales al personal, algo que implica a la sociedad en su conjunto. Por último, lo que se tiene que tener claro es que nadie como el ente mejor preparado y capacitado para combatir el delito es la Policía Nacional del Perú y ello obliga a que los Alcaldes trabajen en la búsqueda del objetivo común y no por figurettismo o protagonismo político. Es el Comisario del Distrito el que debe comandar bajo la supervisión del alcalde, la lucha contra la delincuencia, poniendo a su disposición toda la logística con la que cuenta la municipalidad, incluyendo el serenazgo. No basta que los Gerentes de Seguridad de las Comunas sean policías en retiro, si el alcalde se entromete en lo conoce y quiere llevarse solo réditos políticos, comprando camionetas que llevan tarde y nunca donde se cometen delitos. El tema es complejo, tema del próximo debate presidencial y sinceramente esperamos que se encuentren soluciones que son integrales y que implican recursos y voluntad política.
Nadie esta en contra de una misión extranjera para la reorganización de la PNP, pero lo que tiene que hacerse es un trabajo que le de mística, ética y patrones morales al personal, algo que implica a la sociedad en su conjunto. Por último, lo que se tiene que tener claro es que nadie como el ente mejor preparado y capacitado para combatir el delito es la Policía Nacional del Perú y ello obliga a que los Alcaldes trabajen en la búsqueda del objetivo común y no por figurettismo o protagonismo político. Es el Comisario del Distrito el que debe comandar bajo la supervisión del alcalde, la lucha contra la delincuencia, poniendo a su disposición toda la logística con la que cuenta la municipalidad, incluyendo el serenazgo. No basta que los Gerentes de Seguridad de las Comunas sean policías en retiro, si el alcalde se entromete en lo conoce y quiere llevarse solo réditos políticos, comprando camionetas que llevan tarde y nunca donde se cometen delitos. El tema es complejo, tema del próximo debate presidencial y sinceramente esperamos que se encuentren soluciones que son integrales y que implican recursos y voluntad política.